Lekjaa también precisó que las subvenciones destinadas al consumo de butano, que ascienden a 15 mil millones de dírhams al año, deberían orientarse mejor para llegar a las poblaciones más desfavorecidas. Añadió: “En otras palabras, el 20% más rico se beneficia del doble de subsidios que el 20% más pobre”.
El verdadero problema de las subvenciones al gas butano, así como a otros productos subvencionados como la harina y el azúcar, reside en su distribución desigual, explicó Faouzi Lekjaa. Insistió en la necesidad de que el gobierno y el parlamento establezcan mecanismos que permitan que estos subsidios beneficien plenamente a las clases desfavorecidas, para quienes fueron creados.
En el ámbito de la agricultura, y ante “la apertura del debate sobre la subvención del gas utilizado para bombear agua”, Faouzi Lekjaa afirmó que “el aumento de los precios del gas no está en la agenda del gobierno, por lo que todos pueden estar tranquilizado. También destacó que “está en marcha un proyecto para fomentar el uso de paneles solares, que constituye una solución verdaderamente sostenible”. Lekjaa añadió que “la agricultura merece apoyo y las sucesivas subvenciones de las que se beneficia el sector podrían adaptarse a las difíciles circunstancias”.