A menudo lo ignoramos, pero nuestra microbiota intestinal, o flora intestinal, no está libre de bacterias “malas” y otros patógenos. Escherichia coli (E. coli) y otros Klebsiella pneumoniae (responsable de la neumonía y las infecciones urinarias) puede estar presente en nuestro tracto digestivo, pero en bajas concentraciones.
En concentraciones elevadas, debido al consumo de alimentos contaminados o al aumento de la inflamación, estas mismas bacterias pueden provocar enfermedades más o menos graves, o incluso poner en peligro la vida.
Sin embargo, existen formas de evitar que estas bacterias patógenas colonicen demasiado nuestros órganos digestivos: consumiendo más fibra.
Al menos esto es lo que se desprende de un nuevo estudio científico, publicado el 10 de enero de 2025 en la revista Microbiología de la naturaleza (Fuente 1). Los investigadores informan que utilizan inteligencia artificial (IA) para analizar la composición de la microbiota de más de 12.000 personas, repartidas en 45 países, utilizando muestras de heces.
De este modo, el equipo identificó 135 especies de microbios intestinales, principalmente bacterias, que protegen la microbiota de las infecciones. Entre las especies protectoras se encuentra el grupo de bacterias. FaecalibacteriumOMS producir ácidos grasos de cadena corta descomponiendo las fibras presentes en los alimentos que consumimos (frutas, verduras, cereales). Estos son estos compuestos que protegerían contra las infecciones relacionado con enterobacterias que causan enfermedades. Así, comer más fibra favorecería a las bacterias buenas que la descomponen, en detrimento de las malas.
“Nuestros resultados sugieren que lo que comemos es potencialmente muy importante para controlar la probabilidad de infección por una variedad de bacterias, incluidas E. coli y Klebsiella pneumoniae, ya que cambia nuestro entorno intestinal para hacerlo más hostil a los invasores.”, dijo en un comunicado (Fuente 2) el Dr. Alexandre Almeida, investigador del Departamento de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio. “Al comer fibra [présentes dans les] alimentos como verduras, frijoles y cereales integrales, podemos Proporcionar materia prima para nuestras bacterias intestinales. para producir ácidos grasos de cadena corta, compuestos que pueden protegernos contra estos microbios patógenos”, añadió.
El estudio revela que tomar probióticos, que supuestamente proporcionan bacterias buenas que reemplazan a las bacterias con potencial patógeno, no sería tan efectivo como adoptar una dieta rica en fibra. Anteriormente se pensaba que competencia por recursos evitaría que las bacterias que causan enfermedades colonicen el tracto intestinal. Los autores del estudio creen que este fenómeno de competencia no es efectivo y quees mejor modificar el ambiente intestinalparticularmente a través de la comida.
“Con tasas más altas de resistencia a los antibióticos, hay menos opciones de tratamiento disponibles. El mejor enfoque ahora es prevenir infecciones en primer lugary podemos lograr esto reduciendo las oportunidades para que estas bacterias patógenas crezcan en nuestro intestino”, concluye el Dr. Alexandre Almeida.