El 22 de octubre, LeBron James y su hijo Bronny James lograron una hazaña al convertirse en el primer dúo de padre e hijo en jugar juntos en la NBA. Debutaron ante los Minnesota Timberwolves, un momento que quedará para la historia personal y liguera. Más de dos meses después de este hito, surgió un anuncio especial: las camisetas que usaron LeBron y Bronny durante este encuentro se vendieron en una subasta, alcanzando un precio increíble. Un comprador pagó 102.000 dólares a principios de diciembre para adquirir las dos túnicas.
Una suma impresionante para estos recuerdos.
Subastadas a principios de diciembre, las dos camisetas finalmente encontraron comprador por esta considerable suma, equivalente a casi 100.000 euros. Aunque esta cantidad puede parecer extravagante, en realidad es modesta en comparación con algunas transacciones similares. El interés que despertaron estas camisetas se explica por el hecho de que la túnica de Bronny James fue la que vistió durante la segunda mitad, después de haber participado sólo en el primer tiempo del partido. Hasta la fecha, Bronny, seleccionado en junio, ha jugado ocho partidos con los Lakers, con una media de 2 minutos de juego por partido. También fue convocado a la G-League, donde jugó 7 partidos con los South Bay Lakers, promediando 13,4 puntos. A pesar de su limitado tiempo de juego, logró impresionar: a mediados de diciembre ya había vendido la mayor cantidad de camisetas entre los novatos, con más de 500.000 ventas de su túnica con el número 9 en todo el mundo.
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En definitiva, este evento simbólico trasciende el simple marco deportivo, ilustrando la creciente influencia de los actores en la cultura popular y el poder del mercado de souvenirs. También plantea interrogantes sobre cómo las dinastías familiares y las historias individuales pueden moldear el legado de la NBA a lo largo de los años.
