Marc-André Fleury, el legendario portero quebequense, esperaba terminar su carrera de manera ideal, jugando una última temporada frente a sus seres queridos y los fanáticos de los Montreal Canadiens.
No lo admitió en voz alta. Pero todos lo sabían.
Pero este sueño se apagó repentinamente, aplastado por el meteórico ascenso de Jakub Dobes, un joven prodigio que ya selló el futuro de la posición de portero en Montreal.
Con una carrera excepcional, Marc-André Fleury lo tenía todo para tener un final de ensueño.
Después de 22 temporadas y más de 1.000 partidos disputados, esperaba terminar su viaje donde empezó todo: en casa, en Quebec.
Fleury había mostrado una notable apertura y le dijo al Journal de Montréal a principios de esta temporada que aún no estaba listo para retirarse, a pesar de tener 39 años (pronto 40).
Sus actuaciones, aunque decrecientes, siguieron siendo competitivas y vio en Montreal una oportunidad no sólo de ampliar su carrera, sino también de ayudar a un equipo joven en reconstrucción.
Pero el hockey es implacable y la aparición de Jakub Dobes ha cambiado eso radicalmente.
Con sólo 23 años, Jakub Dobes, seleccionado en la quinta ronda de los Canadiens en 2020, hizo un debut sensacional en la NHL.
En sus dos primeras aperturas, blanqueó a los Florida Panthers, campeones defensores de la Copa Stanley, antes de derrotar a los Colorado Avalanche en una tanda de penales, permitiendo solo un gol en 57 tiros.
Con un promedio de goles en contra de 0,48 y una tasa de eficiencia de 0,982, Dobes hizo que todos estuvieran de acuerdo.
Incluso sus compañeros, como el defensa Alexandre Carrier, lo elogiaron:
“La calma que tiene delante de la red es lo que le hace tener tanto éxito. Como defensor, cuando sientes que tu portero está tranquilo, incluso en sus primeros dos partidos en la Liga Nacional, te da confianza para hacer jugadas y ser más agresivo. »
Dobes, que vivió una progresión meteórica tras una adaptación inicial a la Liga americana con el Laval Rocket, parece tener el perfil perfecto para el canadiense.
Su compostura, su capacidad para mejorar su juego bajo presión y su tranquilidad lo convierten en una solución obvia para estabilizar la red de Montreal.
El ascenso del Dobes significa que Marc-André Fleury no tendrá lugar en Montreal. Aunque Fleury esperaba firmar con los Canadiens este verano como agente libre, la actuación de Dobes selló el destino de ese escenario.
Montreal ya no necesita un veterano para ocupar el puesto de segundo portero: el Dobes ya está listo para calentar a Samuel Montembeault.
Y eso no es todo. Detrás de Dobes, se espera que Jacob Fowler, otro joven portero considerado un prodigio, haga su debut profesional con el Laval Rocket la próxima temporada.
Con Dobes en llamas y Jacob Fowler a punto de llegar, se acabó para Marc-André Fleury. Su sueño de Montreal llegó a su fin.
En una entrevista con el Journal de Montréal, Fleury reveló sus dudas sobre la jubilación:
“La jubilación me da miedo”confió, repitiendo varias veces su deseo de continuar. Pero estas esperanzas chocan ahora con una realidad que no puede ignorar.
El ascenso de Dobes cerró la puerta a una última temporada en Montreal, un resultado que tanto esperaba.
No era una decisión que quisiera tomar. Al hablar de jubilación casi parecía intentar convencerse a sí mismo.
“Nunca se sabe lo que puede pasar en la vida, pero estoy bastante decidido. Esta debería ser la última vez”Declaró, vacilante.
Sin embargo, incluso esas palabras sonaron como una última esperanza, un intento de aferrarse a la idea de que tal vez todavía había una puerta entreabierta.
Aunque Fleury ha hecho todo lo posible para mantener viva su carrera, parece que el tiempo y las circunstancias juegan en su contra.
Mientras el canadiense recurre a una nueva generación de porteros, Fleury debe aceptar que su lugar ya no está donde soñó que estaría.
Sí, soñaba con una última salida.
Había imaginado esta puerta en Montreal.
Fleury había hecho todo lo posible para mantener la esperanza. El verano pasado, sabía que Kent Hughes había considerado ficharlo, pero los Minnesota Wild todavía parecían necesitarlo.
Hoy, la situación es al revés: Wild está listo para la era post-Fleury y Montreal ha encontrado su próxima joya.
Para los aficionados canadienses, la llegada de Jakub Dobes marca el inicio de una nueva era. Con su calma olímpica y su capacidad para brillar en los momentos críticos, encarna todo lo que la organización busca en la posición de portero.
Demostró que estaba dispuesto a asumir un papel protagonista junto a Montembeault. Hasta que se agote.
Por tanto, el sueño de Marc-André Fleury de poner fin a su carrera en Montreal seguirá siendo un sueño incumplido. A pesar de su ardiente deseo de jugar una última temporada frente a su familia, las circunstancias no juegan a su favor.
La jubilación parece ahora inevitable para el último heredero de la gran línea de porteros quebequenses.
Y si el final de la carrera de Fleury marca el fin de una era, el nacimiento de una nueva estrella en Montreal inicia una nueva, llena de promesas y esperanzas.
Dobes… el nuevo prodigio de Montreal…