Sin embriaguez pero con realismo, el Paris Saint-Germain sigue llenando las vitrinas de trofeos, confirmando que se mantiene muy por encima de la competición nacional. Los hombres de Luis Enrique vencieron este domingo al AS Mónaco (1-0) en Doha, Qatar, un éxito lógico pero que tardó en concretarse. A pesar del apoyo del escaso público y de la presencia del emir de Qatar y del presidente de la FIFA Gianni Infantino, los parisinos llevan mucho tiempo careciendo de realismo, como Dembélé y Lee en el primer periodo, Doué, Hakimi y Ramos en el segundo.
Ousmane Dembélé como salvador
Nos acercábamos a la tanda de penaltis cuando apareció Ousmane Dembélé, en el tiempo reglamentario, para meter el balón en el fondo de la red y darle a su equipo su 13º Trofeo de Campeones. Los jugadores parisinos en el campo y en el banquillo se apresuraron a rodearlo e incluso el flemático asesor deportivo Luis Campos, en el área técnica, dio grandes saltos, prueba de que una derrota aquí en Qatar habría quedado mal. Ahora le toca a Europa con dos partidos decisivos para el futuro del PSG en la Liga de Campeones, los días 22 y 29 de enero contra Manchester City y Stuttgart.
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