“Casi todos los días recibimos información sobre nuevas muertes”, prosigue esta organización especializada en el rescate de delfines y otros cetáceos en las costas rusas en el Mar Negro y su rehabilitación.
Según la ONG, que “las víctimas son principalmente marsopas”, “a juzgar por el estado de los cadáveres, es muy probable que la mayoría de estos cetáceos murieran durante los diez primeros días que siguieron a la catástrofe”.
“La contaminación (del agua por el combustible derramado) es significativa”, advirtió.
Desde hace unas tres semanas, autoridades y voluntarios organizan una operación de limpieza a gran escala, pero la situación sigue siendo preocupante.
Se han retirado más de 96.000 toneladas de arena contaminada de decenas de kilómetros de playas de la costa rusa, pero en total unas 200.000 toneladas de suelo podrían haber resultado afectadas, según las autoridades rusas.
“Se han limpiado más de 68 kilómetros de costa”, dijo el domingo el Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia.
Según las autoridades, los esfuerzos de limpieza se ven complicados por el hecho de que el tipo de petróleo derramado, el fueloil pesado grado M100, no flota en la superficie del agua sino que se hunde en las profundidades.