La Alianza Atlántica reforzará su presencia militar en el Mar Báltico. Así lo aseguró el viernes 27 de diciembre su secretario general, Mark Rutte, en momentos en que Finlandia sospecha que un buque petrolero procedente de un puerto ruso está en el origen del «sabotaje» de un cable eléctrico submarino que lo conecta con Estonia.
Mark Rutte habló con el presidente finlandés, Alexander Stubb, a quien le dijo « [sa] plena solidaridad y [son] apoyo “. “La OTAN reforzará su presencia militar en el Mar Báltico”escribió en la red social
El gobierno estonio, por su parte, anunció el envío de patrullas en el mar para proteger su conexión eléctrica con Finlandia. El Ministro de Defensa de Estonia, Hanno Pevkur, escucha “enviar inmediatamente un mensaje claro de que estamos dispuestos a defender las conexiones entre Estonia y Finlandia, incluso con medios militares”explicó en un comunicado de prensa el viernes.
Según el presidente finlandés, Alexander Stubb, la situación es “bajo control”. “Debemos seguir colaborando atentamente para garantizar que nuestra infraestructura sensible no sea dañada por actores externos”subrayó.
Siete meses de trabajo
El miércoles, día de Navidad, el cable eléctrico EstLink 2 entre Finlandia y Estonia resultó dañado, sin afectar al suministro eléctrico a los finlandeses, según informó el operador nacional Fingrid. Muy rápidamente, las sospechas recayeron sobre un petrolero que navegaba en aquel momento por el Mar Báltico: El Águila S que, saliendo del puerto de San Petersburgo, debía tomar la carretera hacia Port Said en Egipto. Con pabellón de las Islas Cook, se sospecha que forma parte de la “flota fantasma” de Rusia, estos barcos que le permiten exportar su petróleo eludiendo las restricciones occidentales. El ancla del Eagle S aparentemente arrastró y golpeó el cable.
El barco fue abordado y la policía finlandesa anunció el jueves la apertura de una investigación por sabotaje agravado.
Actualmente es imposible evaluar el alcance de los daños sufridos por el cable EstLink 2, afirmó Tuomas Rauhala, jefe de operaciones del sistema eléctrico de Fingrid. El cable es “fuera de servicio y sólo podrá usarse para transmisión de electricidad una vez que se completen las reparaciones”añadió, precisando que esto llevaría alrededor de siete meses.
El Mar Báltico ha sido escenario, desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, de varios incidentes similares. Estas acciones, dirigidas en particular a las infraestructuras energéticas y de comunicación, se inscriben, según expertos y políticos, en el contexto de la “guerra híbrida” liderada por Rusia en esta vasta zona fronteriza con varios miembros de la OTAN, donde Moscú también tiene puntos de entrada.
Lo último: dos cables de telecomunicaciones cortados los días 17 y 18 de noviembre en aguas territoriales suecas. Un granelero que enarbola pabellón chino, le yi peng 3que se encontraba sobre la zona en el momento del incidente y luego la abandonó, estaba en la mira de las autoridades suecas.