La Unión Europea (UE) debería hacer una oferta al próximo presidente estadounidense, Donald Trump, para evitar nuevos aranceles a sus exportaciones a Estados Unidos, sugiere el grupo de expertos Bruegel económico. Entre las vías consideradas: el aumento de las compras de productos americanos, una reducción de los derechos de aduana sobre los automóviles importados del otro lado del Atlántico o el desarrollo de una norma común sobre el acero limpio.
Donald Trump, que comenzará su segundo mandato el 20 de enero de 2025, causó preocupación en Europa al prometer durante su campaña electoral imponer un arancel aduanero universal del 10 al 20% a todas las importaciones a Estados Unidos.
En respuesta a esta amenaza, Bruselas debería ofrecer al republicano un acuerdo para ” facilitar “ comercio entre la UE y Estados Unidos, mientras se prepara en caso de que las negociaciones fracasen, recomienda grupo de expertos Bruselas Bruegel lunes 9 de diciembre.
“La prioridad debería ser intentar evitar que se impongan estos derechos aduaneros a la UE”explica a Euractiv Ignacio García Bercero, autor principal del artículo. La Comisión Europea debería “Listo para iniciar conversaciones con la administración Trump relativamente pronto”añade este ex funcionario del ejecutivo europeo.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, han hablado de buscar un acuerdo con Estados Unidos que podría incluir importaciones por parte de la UE de más gas natural licuado (GNL) o equipos militares fabricados en Estados Unidos. .
Los expertos de Bruegel señalan que“Hay un margen de maniobra considerable para fortalecer el comercio con Estados Unidos en el ámbito energético”aunque Estados Unidos ya es el mayor proveedor de GNL de la UE y representará alrededor de la mitad de las importaciones europeas en 2023.
Esto también sería coherente con el enfoque que adopta la UE hacia Moscú, como “Cuanto más GNL importamos de Estados Unidos en lugar de Rusia, más aumentamos la presión económica sobre Rusia”explica Ignacio García Bercero. Sin embargo, la UE todavía tiene cierto margen para reducir sus importaciones de gas ruso, ya que en 2023, el 13,4% de las importaciones de GNL de la UE todavía procedían de Rusia, según datos de la Agencia de Cooperación de Reguladores de Energía (ACER).
Asimismo, los autores del artículo apoyan la idea de“aumentar las ventas de equipo militar estadounidense a la UE” como parte del objetivo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de aumentar el gasto europeo en defensa.
Sin embargo, las negociaciones podrían ir más allá: los autores sugieren proponer una reducción de los derechos de aduana sobre las importaciones de automóviles a la UE, actualmente fijados en el 10%. Esa tasa podría reducirse al 2,5 por ciento, en línea con los aranceles estadounidenses sobre las importaciones de automóviles, lo que ayudaría a los fabricantes de automóviles estadounidenses a vender sus vehículos en Europa.
La UE y los Estados Unidos también podrían desarrollar un “Norma de acero de bajas emisiones” común, añaden, que “podría tenerse en cuenta en la implementación del Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM) de la UE”.
El MACF, un impuesto al carbono que hará que las importaciones de acero y otros productos se vean afectadas por el mismo precio del carbono que los fabricantes europeos a partir de 2025 (excepto los países con sus propios sistemas de fijación de precios del carbono) ha sido un punto de discordia con Estados Unidos, donde la oposición a tales medidas son fuertes.
Prepárate para lo peor
Sin embargo, durante las negociaciones con Donald Trump, Ignacio García Bercero sostiene que la UE debería insistir en que todas las medidas propuestas cumplan con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
“No deberíamos estar preparados para tomar medidas que sean incompatibles con nuestras obligaciones en el marco de la OMC”dice, argumentando que la UE no debería “debilitar aún más el sistema de comercio mundial”.
Al mismo tiempo, Bruselas debería preparar medidas de represalia en caso de fracaso de las negociaciones y de imposición de derechos de aduana, recomiendan los autores del artículo. Según nuestra información, ya se están manteniendo conversaciones sobre este tema.
“Hay mucha incertidumbre sobre lo que Estados Unidos hará en última instancia, pero es útil prepararse para el peor de los casos”explica el investigador de Bruegel.
Para ello, la Comisión debería preparar una lista de medidas, por ejemplo la introducción de derechos de aduana adicionales sobre todas las importaciones procedentes de Estados Unidos, “con excepción de las importaciones estadounidenses de las que la UE depende en gran medida”en lugar del enfoque habitual de imponer aranceles a bienes individuales.
No dejes que Donald Trump divida a Europa
Por otra parte, Ignacio García Bercero se hizo eco de las recientes advertencias contra posibles esfuerzos del presidente reelegido de Estados Unidos para dividir a los Estados miembros de la UE y buscar acuerdos bilaterales, dadas las divergencias en las relaciones comerciales entre Washington y los diferentes Estados miembros de la UE.
“Está claro que [Donald] Trump no dudaría en presionar a cada uno de los Estados miembros »explica. “Pero si queremos ser creíbles frente a Estados Unidos, debemos tener una posición coordinada de la UE, incluso en áreas donde no necesariamente hay competencia de la UE”apoya el investigador.
Un ejemplo podrían ser los controles de exportación, dice a Euractiv Georgina Wright, subdirectora del Institut Montaigne, un grupo de expertos francés.
El año pasado, Estados Unidos llegó a un acuerdo con el gobierno holandés para impedir ciertas exportaciones de la empresa holandesa ASML a China necesarias para fabricar microprocesadores avanzados. “La UE lo descubrió demasiado tarde”, nota Georgina Wright.
Casos como este, en los que la administración estadounidense presiona a los países para que cumplan con su enfoque hacia China, podrían constituir un modus operandi comercial de la administración Trump, advirtió el Instituto Montaigne el 5 de diciembre en un informe.
Dado que el impacto de tales medidas (como la decisión de China el año pasado de restringir las exportaciones de materias primas críticas, como el galio y el germanio) afectaría a Europa en su conjunto. “La UE debería tener un papel” en la tramitación de estas pólizas « extraterritoriales » terceros países, afirma el subdirector del Instituto Montaigne.
“Un Estado miembro individual no podrá resistir la presión de China o Estados Unidos, pero toda la UE sí podría, y por eso tiene sentido que la UE actúe”concluye.