El potente terremoto que azotó el archipiélago el martes 17 de diciembre dejó muertos, heridos y daños considerables. La ayuda tarda en llegar porque los residentes se enfrentan a una crisis humanitaria. Desde ayer se registran réplicas. Este miércoles 18 de diciembre se sintieron en las primeras horas de la mañana tres sismos de magnitud promedio 5.0.
Un terremoto de magnitud 7,3 sacudió Vanuatu el martes a las 12:47 horas (hora local), matando al menos a catorce personas y afectando a más de 100.000 residentes. El epicentro, situado en el mar a 30 kilómetros de Port Vila, provocó importantes daños en la capital y sus alrededores.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, las réplicas se sintieron la madrugada del miércoles 18 de diciembre, el día después del potente terremoto.
- Alrededor de las 5:17 horas, se produjo un terremoto de magnitud 5,5 a 16 km al oeste-noroeste de Port Vila.
- Alrededor de las 5:29 a. m., se produjo un terremoto de magnitud 4,7 a 24 km al oeste-suroeste de Port Vila.
- Alrededor de las 7:02 a. m., se produjo un terremoto de magnitud 4,9 a 37 km al oeste de Port Vila.
Imágenes publicadas en las redes sociales muestran puentes derrumbados, edificios destruidos y heridos siendo atendidos en el terreno, debido a la falta de infraestructura hospitalaria funcional.
Hubo cadáveres en las calles del centro, puentes derrumbados y deslizamientos de tierra.
Michael Thompson, residente de Port Vila
Las Naciones Unidas estiman que 116.000 personas podrían verse afectadas por las consecuencias de este terremoto. En el hospital principal de Port Vila, parcialmente destruido, se instalaron urgentemente tiendas de campaña para acoger a los heridos.
Nos falta de todo: medicinas, camas, equipamiento.
En las zonas rurales, los esfuerzos de ayuda luchan por llegar a las comunidades aisladas. Con las carreteras cortadas y las telecomunicaciones interrumpidas, la magnitud de los daños sigue siendo difícil de evaluar.
Las réplicas, incluida una de magnitud 5,5, continúan sacudiendo el archipiélago, aumentando los temores de nuevos derrumbes. Al mismo tiempo, la infraestructura esencial está paralizada: el aeropuerto de Port Vila está cerrado y varias aerolíneas, incluidas Qantas y Fiji Airways, han cancelado sus vuelos.
Los dos principales depósitos de agua potable de la capital resultaron dañados, amenazando a una población ya vulnerable.
Ante este desastre, las autoridades locales piden ayuda. Francia y Australia han ofrecido su apoyo, mientras la ONU prepara envíos de equipos de emergencia.
“Estamos en contacto constante con el gobierno de Vanuatu para evaluar las necesidades”aseguró el Ministerio francés de Asuntos Exteriores, aunque la embajada francesa en Port Vila quedó destruida durante el terremoto.
Vanuatu está clasificado entre los países más vulnerables a desastres naturales como terremotos, daños por tormentas, inundaciones y tsunamis, según el Informe anual de riesgos globales.
