Según la expresión “No pongas todos los huevos en la misma cesta.“, los padres de Mathieu rápidamente pusieron en práctica esta filosofía desarrollando, además de la producción de leche y queso, otras actividades, en particular el turismo, ofreciendo el alquiler de dos casas rurales (La Blaquière y Larquinel), así como el de una zona de acampada natural.
Más sorprendente e innovadora fue la instalación y cría de camellos en el lugar. Más acostumbrados al desierto que a la Causse de Sévérac, los camellos forman parte del paisaje desde hace más de 30 años. En la temporada de verano, Matthieu, Sylvia y todo su equipo le ofrecen paseos de diferente duración según su elección y en invierno, alrededor de Navidad y Reyes, los camellos y sus acompañantes participan en actividades.
Este fue el caso el fin de semana anterior a nuestra reunión, cuando Matthieu y su equipo participaron en un mercado navideño de temática oriental en Vendée, en Maillezais. “Nos contactó una empresa, llevamos dos o tres años yendo allí. Es todo un viaje. En la época de los Reyes Magos y de los belenes vivientes, fuimos a Aubagne”.
Una segunda actividad complementaria a la de la producción de queso y que también es una oportunidad para que los numerosos visitantes aprendan más sobre la elaboración del queso y, en particular, sobre el perail, un producto local. Lo único que lamenta Matthieu es la obligación de reducir la temporada de caminatas de verano, “porque es difícil conseguir mano de obra los fines de semana”.