Un agricultor indio se limpia los ojos después de que la policía lanzara gases lacrimógenos durante una marcha de protesta de agricultores hacia Nueva Delhi, en Shambhu, a unos 200 kilómetros al norte de la capital, en la frontera entre los estados de Punjab y…
FOTO AFP / SHAMMI MEHRA
Los agricultores convocaron esta semana una “Marcha a Delhi” esperando encontrar la misma respuesta que la de 2021, cuando consiguieron forzar los controles policiales para asaltar el emblemático Fuerte Rojo de la capital india.
Para impedir su avance, se levantaron pesadas barricadas de hormigón y rollos de alambre de púas en Shambhu, a unos 200 kilómetros al norte de la capital, en la frontera entre los estados de Punjab y Haryana.
Las autoridades también suspendieron los servicios de Internet móvil a lo largo de su ruta para impedir cualquier comunicación entre los manifestantes.
Ondeando banderas con los colores de los diferentes sindicatos, los agricultores lograron cruzar un primer nivel de barricadas antes de que la policía les impidiera continuar su avance.
“En febrero tuvimos cuatro rondas de negociaciones con el gobierno, pero desde entonces no ha habido más”, dijo a la prensa Sarwan Singh Pandher, líder de un sindicato de agricultores.
“Queremos que el gobierno nos permita ejercer nuestro derecho democrático a manifestarnos”.
Los agricultores exigen una ley que establezca un precio mínimo para sus cultivos, así como otras concesiones, incluida la condonación de préstamos y una mayor compensación por las tierras adquiridas por el gobierno hace varios años.
En la India, los agricultores tienen influencia política debido a su número, y estas nuevas protestas tienen lugar mientras el Parlamento nacional está en sesión.
Dos tercios de los 1.400 millones de habitantes de la India se ganan la vida con la agricultura, que representa casi una quinta parte del PIB (producto interno bruto) del país, según cifras del gobierno.
El movimiento de protesta de los agricultores que comenzó en noviembre de 2020 contra los proyectos de ley de reforma agrícola duró más de un año, socavando los esfuerzos del gobierno del primer ministro Narendra Modi para reformar el sector.
Un año más tarde, Modi hizo que el Parlamento cancelara las tres leyes que liberalizaban el sector agrícola y que habían despertado la ira de los agricultores.