El Tribunal de Casación francés confirmó, este miércoles 18 de diciembre, la condena de Nicolas Sarkozy a tres años de prisión, incluido un año, en el caso de las escuchas telefónicas, también llamado caso Paul Bismuth. Esta sentencia, inédita para un expresidente de la República, se ejecutará en forma de pulsera electrónica.
A sus 69 años, Nicolas Sarkozy se convierte en el primer ex jefe de Estado francés en someterse a una medida de este tipo. Ahora tiene un mes para reunirse con el magistrado responsable de ejecutar las sentencias. Este último especificará las condiciones de su detención. La pulsera electrónica deberá instalarse en un plazo de tres meses.
Sarkozy, que siempre ha afirmado que llevaría el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) en caso de sentencia firme, no podrá sin embargo suspender la aplicación de su pena mediante este recurso.
Además de su pena de prisión, el expresidente está sujeto a la privación de sus derechos cívicos, civiles y familiares por un período de tres años. Pierde así su derecho de voto y su posibilidad de elegibilidad durante este período.