Brenes. Premio del Libro Infantil en el “Chat d’Achille”

Brenes. Premio del Libro Infantil en el “Chat d’Achille”
Brenes. Premio del Libro Infantil en el “Chat d’Achille”
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lo esencial
Crédit Mutuel creó este premio en 2001. Recibió apoyo y hoy suscita el voto de los niños. Veintinueve promociones se decidieron entre los tres candidatos.

En 2001, tres años después de la fundación de la Caisse du Crédit Mutuel local, la Fundación lanzó el Premio Literario de la Primera Infancia, que luego cambió de nombre para volver a su nombre original. Michel Manadé, presidente de la Caisse, estuvo en el origen de este premio, junto con Isabelle Dupleix, bibliotecaria. Más de veinte años después, aunque ya no es presidente, sigue presente en la entrega del Premio, algo que le importa mucho. “Su creación coincidió aproximadamente con la de la Feria del Libro. Queríamos ampliar nuestro apoyo a las asociaciones que antes se dedicaban al deporte. El principio no ha cambiado. Durante la Fiesta del Libro, se ofrecen tres autores a los niños de las escuelas de Gaillacois, Graulhet, Briatexte En total participaron veintinueve clases. Durante todo el año, los profesores realizan un gran trabajo educativo sobre estos tres libros. Al final, los niños votan por su favorito.

Johan Leynaud dedicado

Este año, el premio reconoce a Johan Leynaud, un joven diseñador gráfico, ilustrador y director de películas de animación por su libro “Le chat d’Achille”. La Fundación Nacional de Crédito Mutuel acudió diez veces para apoyar a la Caja local para reforzar un Premio que rápidamente encontró el apoyo del municipio y de Gaillac-Graulhet Agglo que ofrecen al final del año escolar un espectáculo a las escuelas participantes. Fue la Compagnie Au Petit Théâtre des Ombres, de Montredon-Labessonié, la elegida tras la convocatoria de proyectos. Pierre y Sabine, los actores, presentan en la sombra un gran libro que comienza con una pelea entre dos gatos. Sombras, marionetas mecánicas, maullidos del rascador y gritos estridentes del arañado: la historia, en la línea del libro premiado de Johan Reynaud, termina bien. Ni siquiera miedo a la oscuridad y muchos aplausos en la sala Balcón.

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