En Yzernay (Maine y Loira), los hermanos Gaborit han equipado su explotación caprina ecológica con un innovador secador para el forraje producido en la granja Roumé. Ahora el aire se calienta utilizando energía solar para acelerar el proceso y preservar los valores nutricionales del heno.
El jueves 28 de noviembre, Olivier, Xavier y Julien Gaborit, asociados de la SCEA Le Roumé, en Yzernay (Maine y Loira), y los directores de la asociación Segrafo, presentaron a los agricultores el secador de heno puesto en servicio en 2023.
Nuevos equipos respaldan esta asociación de ganaderos creada en el año 2000, para la promoción y el desarrollo del secado de forrajes, cereales y biomasa. Segrafo apoya y forma a los líderes de proyectos desde el inicio de su reflexión.
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“Queremos heno de calidad”
“Somos criadores de cabras orgánicos y procesadores de leche. Somos autosuficientes en la alimentación de nuestros animales con, como base principal, alfalfa y heno de pradera de leguminosas, explica Julien Gaborit. Queríamos producir heno de calidad a principios de temporada. Por eso estudiamos la idea de una secadora. »
Se trata de deshumidificarlo rápidamente después del prensado sin dejarlo secar en el prado, lo que le permite conservar sus cualidades nutricionales. Las botas cúbicas se colocan sobre una rejilla que deja pasar el aire caliente ventilado desde abajo.
Energía solar para calentar el aire
“La novedad de nuestra instalación son los paneles solares que calientan el aire bajo el techo. Luego se ventila en colectores que llegan debajo del heno. explica el criador. La secadora Roumé está equipada con diez líneas de calefacción y dos grandes ventiladores, controlados por un variador de frecuencia, que impulsan el aire caliente a una velocidad de entre tres y seis metros por segundo.
“Ganamos un máximo de 10°C en comparación con el aire ambiente. Esto es suficiente para que el heno se seque en tres días y conserve sus cualidades. aprecia Julien Gaborit. Y es sorprendente cómo el aire caliente pasa incluso a través de botas muy densas. » Antes de trasladar las balas secas al cobertizo de almacenamiento, queda una última comprobación esencial: sondear el centro de las balas para comprobar el secado.
Inversión sustancial
“Este secadero nos permite producir heno escalonado hasta septiembre y garantizar un forraje de calidad para nuestras cabras, que son animales bastante frágiles”. aseguran los agricultores de Roumé. Pese a todo, se trata de una inversión de 284.200€, sin contar las placas fotovoltaicas.
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