Ocho años después de la creación de Yemanjá, que diseña y amuebla oficinas, su fundadora y su socio cedieron el mando a sus compañeros y se tomaron tres meses de vacaciones. ¿La clave? Precioso descanso y hábitos transformados. Hasta reinventar la definición de liderazgo.
Regresó hace dos semanas, después de tres meses de ausencia. “Tuvimos que recuperar el ritmo, pero después de un período de descanso tan largo volvemos llenos de energía. Y además echaba de menos el ambiente de la oficina”, confiesa Marie Vaillant, toda sonrisas. Este empresario de 46 años, ex director administrativo y financiero, cofundó Yemanja hace ocho años. Con su socio Quentin Audran, doce años menor que él, diseñan y acondicionan espacios de oficinas. Y, por tanto, ambos se ofrecieron el lujo de tres meses de permiso, dejando a sus más de 30 empleados a su suerte.
¿En el programa? Un largo viaje hasta el fin del mundo para alguien que no tiene hijos. Una estancia familiar en Japón para la otra, madre de tres hijos, que luego pasaba mucho tiempo en casa -entre dos escapadas a Burdeos o Nantes- leyendo y escribiendo, tocando el piano o encadenando posturas de yoga. “Sentí la ausencia total de carga…
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