El municipio de Oermingen se vio afectado por fuertes inundaciones durante el fin de semana de Pentecostés. Un mes después, los residentes continúan limpiando los daños.
Durante el fin de semana de Pentecostés, a mediados de mayo, se registraron hasta 1,40 metros de agua en las calles de la ciudad de Oermingen (Bajo Rin). Un mes después, las huellas de estas inundaciones, que afectaron a varios municipios de la zona, aún permanecen visibles.
“Fue rápido, no tuvimos tiempo de reaccionar. Cuando vimos que aquí subía, ya estaba por delante”, recuerda Magui Leullier, una residente afectada, ante el micrófono de BFM Alsace.
Desde entonces, sigue limpiando su casa, pero la tarea sigue siendo inmensa: “Hay que arrancar todo, todos los azulejos, hay que rehacer las paredes. Se siente la humedad”, subraya Magui Leullier.
“Lo perdemos todo”
Para el alcalde (sin etiqueta) de Oermingen, gestionar las consecuencias de estas inundaciones sigue siendo una prioridad. “Mi función es doble: proporcionar apoyo moral pero también administrativo a todos los afectados. Solicitamos presupuestos y presentamos expedientes de solicitud de subvención”, explica Simon Schmidt.
Los comerciantes de la ciudad también están tratando de recuperarse de estos daños. “Perdemos todo. Perdemos la razón para levantarnos por la mañana”, dice Katia Campion, directora de un centro de bienestar.
“La reconstrucción no es sólo material, sino también emocional”, añade ante el micrófono de BFM Alsace. Katia Campion prevé reabrir su establecimiento en septiembre tras recibir el apoyo de un experto.
Desde el decreto ministerial del 14 de junio, que reconoce el estado de catástrofe natural en 52 municipios del Bajo Rin, los procedimientos de indemnización se han simplificado. Las víctimas tienen un mes a partir de la publicación del decreto para contactar con su compañía de seguros.
Joseph Pasquier con Amaury Tremblay
