Al menos 39 personas, una de las cuales murió, han sido infectadas con la bacteria E. coli en Estados Unidos.
En cuestión, las zanahorias se venden desde agosto en todo el país.
Se han retirado muchos lotes.
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La bacteria suele anidar en la carne, pero esta vez son las zanahorias las responsables de un escándalo sanitario al otro lado del Atlántico. Al menos 39 personas enfermaron tras ingerir estos vegetales contaminados con Escherichia coli, según un comunicado de prensa (nueva ventana) de la empresa Grimmway Farms que los comercializa. Una de las víctimas murió y otras 15 fueron hospitalizadas, informa el diario británico The Guardian (nueva ventana) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (nueva ventana).
Zanahorias vendidas por varias marcas.
Se han reportado contagios en 18 estados diferentes, pero Nueva York, Minnesota, Washington, California y Oregón representan la mayoría de los casos. Las ventas también podrían realizarse en Canadá y Puerto Rico en tiendas de comestibles. Las marcas en cuestión son numerosas: 365, Wegmans, Cal-Organic, Nature’s Promise, Trader Joe’s…
Grimmway Farms, con sede en California, ha retirado del mercado varios lotes: zanahorias orgánicas enteras vendidas entre el 14 de agosto y el 23 de octubre y zanahorias baby orgánicas con fecha de vencimiento entre el 11 de septiembre y el 12 de noviembre. Por ello, la empresa precisa que estos productos ya no están a la venta, pero pide a quien los tenga en el frigorífico o en el congelador que no los consuma.
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Según los primeros elementos de la investigación, las zanahorias estaban contaminadas por la bacteria intestinal E. coli “que puede provocar infecciones graves, a veces mortales, en niños pequeños, ancianos y personas con sistemas inmunitarios debilitados”explica Grimmway Farms, que también recuerda los síntomas a los que hay que prestar atención: “diarrea sanguinolenta severa”, “fiebre”, “calambres estomacales”, “náuseas y vómitos”…
“El período promedio de incubación es de tres a cuatro días”. En la mayoría de los casos, las personas afectadas se recuperan espontáneamente pero, en los casos más graves, pueden tener secuelas neurológicas de por vida o desarrollar una enfermedad renal crónica.