Bajo el Sena: ¿la película francesa sobre tiburones de Netflix es tan mala como dicen? Sí… ¡y aún peor!

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Bien. Por dónde empezar ? Desde el principio. Bajo el Senaes la historia de un Marrajo se convirtió en un martillo. ¿De quién es la culpa? A nosotros, los humanos, que hemos hecho de su Océano Pacífico un continente de plástico. La pobre criatura está completamente alterada. Triplicó su volumen en dos meses (no, eso no es normal). Ella perdió la cabeza. Pero no su apetito. Daño. Como estaba cansada de alimentarse de bolsas y botellas de plástico -como si el atún y otros calamares gigantes hubieran empezado a escasear- decidió ofrecerse como merienda a un grupo de oceanógrafos que no la querían sólo para lo bueno. Sólo Sofía (berenice bejo) escapó milagrosamente del mandíbulas de la ingrata Lilith, como amablemente la habían llamado sus benefactores (es mucho más bonito que “etiqueta 7”).

Netflix: su nueva superproducción francesa con Bérénice Bejo está causando sensación

Tres años después… Estamos en París. Es el verano. Hace buen tiempo, todo el mundo habla sólo del campeonato mundial de triatlón y de su prueba de natación en el Sena. ¡Un ensayo general antes de los Juegos Olímpicos! También encontramos a Sophia, siempre traumatizada, que se ha convertido en guía del Acuario del Trocadéro. Cuya vida se pondrá patas arriba, de nuevocuando un joven activista medioambiental –su mayor admirador– le cuenta que un tiburón de tamaño XXL deambula por el aguas (salobres) del Sena.

crédito de la foto: Netflix ¿Pero qué diablos hizo Bérénice Bejo en este lío?

Te lo decimos en mil palabras, este tiburón es un viejo conocido del científico: Lilith. No dudó en nadar algunas decenas de miles de millas náuticas (pasando por el Océano Índico y luego por el Atlántico) para encontrar a su novia… Sin duda para pedirle que le enseñe París mientras hablaba de los buenos tiempos. Es bonito. Es conmovedor. El joven ecologista le explica que debemos ayudar a Lilith a llegar al océano, porque una vida humana cuenta tanto como una vida animal, ¿verdad? Sofía tiene dudas… Y entonces el alcalde de paris, al principio un poco dudoso, se involucra: lo único que faltaría es que este pez grande y sanguinario amenace “su” competencia. No pero. Ella no estará al final de sus sorpresas.

crédito de la foto: Netflix El alcalde de París en Bajo el Sena : ¿Anne Pécresse o Valérie Hidalgo?

Bajo el Sena : de lo peor a la risa

Desde Los dientes del mar de Spielberg en 1973 (la primera “superproducción” de la historia), la película de tiburones se ha convertido en un género en sí mismo. Arriesgado porque facilitaba que se convirtiera en un disparate. Y esto es lamentablemente (¿inevitablemente?) lo que sucede con Bajo el Sena, de Xavier Gens. Lo que al menos tiene el mérito de ser original ya que no se desarrolla en una ciudad junto al mar. Pero por lo demás… saltemos las explicaciones turbias para hacernos tragar cómo un tiburón pudo llegar a París (aunque sea). , en teoría es posible), tenemos otras críticas que hacer a esta película. Me gusta: sus diálogos insípidos que te harán suspirar. Sus personajes sin personalidad. Sus efectos especiales son bastante malos. Su mensaje ecológico que no llega (en absoluto). Pero sobre todo, Bajo el Sena se toma demasiado en serio en su primera parte antes de hundirse inexorablemente en el grotesco y hacernos comer, perdón, reírnos. En cuanto a este final… Uf, no tenemos las palabras. Lo peor es que hay espacio para una secuela.

crédito de la foto: Netflix Aaaaaaaaah!!!.

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