Invitado al Foro, Olivier Kempf, investigador asociado de la Fundación para la Investigación Estratégica y director de la empresa La Vigie, analizó la reciente ofensiva militar rusa en Ucrania.
El especialista insistió en que esta ofensiva no representa un verdadero cambio estratégico, sino más bien una intensificación de un equilibrio de poder desigual, marcado por el dominio ruso en términos de potencia de fuego. “¿Cuál es la proporción de fuego? Bueno, son proyectiles de artillería, bombas, misiles, drones… Y esa proporción es de cuatro, cinco, seis a uno a favor de los rusos”, aclaró. Una superioridad numérica que permite a los rusos avanzar diariamente sobre el terreno, con un “crecimiento exponencial de los territorios tomados”.
Una negociación entre Washington y Moscú
Ante esta situación, Olivier Kempf subraya que la elección de Donald Trump podría debilitar aún más la posición ucraniana, ya que el republicano ha manifestado su intención de reducir el apoyo estadounidense. Según él, “sus emisarios ya están visiblemente trabajando” para preparar conversaciones encaminadas a un alto el fuego o a un acuerdo temporal, que podría incluir el mantenimiento de los territorios ya conquistados por Rusia, la neutralidad de Ucrania durante veinte años e incluso una fuerza de paz. .
El experto, sin embargo, cuestiona la voluntad de Moscú de negociar, ya que el Kremlin parece dudar entre hacer concesiones o mantener una posición militar ventajosa. La perspectiva de una retirada del apoyo estadounidense presagia un deterioro de la situación ucraniana que, según él, conduciría a una negociación principalmente entre Washington y Moscú, mientras que Ucrania y Europa quedarían relegadas a un papel secundario. “La negociación será una negociación entre Washington y Moscú, con Zelensky y Kiev en el círculo, y luego los europeos en el tercer telón”, concluye, pintando así un panorama pesimista sobre las perspectivas para Ucrania.
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