A pesar de los repetidos incidentes de los que es autor en la pista, Jacques Villeneuve destaca que Max Verstappen se ha transformado en los últimos años gracias a la gran estabilidad de su vida privada.
Sabe de lo que habla el canadiense, padre de seis hijos fruto de tres matrimonios diferentes, el más reciente en el paddock de Las Vegas el año pasado: la vida privada del Campeón del Mundo de 1997 ha estado llena de acontecimientos.
Por el contrario, el actual poseedor del título Max Verstappen disfruta de una vida personal equilibrada y estable junto a su compañera Kelly Piquet, hija del triple campeón del mundo Nelson Piquet, lo que le aporta una serenidad bienvenida.
La pareja cría a la hija que el brasileño tuvo con otro piloto de F1, el ruso Daniil Kvyat, la joven Penélope (foto arriba) a la que Verstappen considera su nuera.
Confianza y serenidad
“Max ha cambiado mucho como persona, señala Villeneuve. A sus 27 años parece saber lo que quiere, en su vida privada y en su vida profesional. Ya ha logrado mucho, irradia confianza y serenidad”.
“Ha adquirido una verdadera madurez, él continúa. Vive desde hace mucho tiempo con la misma pareja, Kelly Piquet, y participa en la educación de su hijo. Max era todavía muy joven cuando se conocieron y su relación contribuyó a su éxito. Ya era muy hábil como piloto, ahora es más fuerte como ser humano”.
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