“Francia seguirá siendo el principal destino mundial en 2023 y espera más de 100 millones de turistas en 2024”.
El martes 7 de mayo de 2024, el Primer Ministro, Gabriel Attal, organizó un Comité Interministerial de Turismo, un sector que genera el 7% del PIB de Francia. Objetivo: coordinar fuerzas, firmar el regreso de los turistas asiáticos pero también tranquilizar a los profesionales del sector, mientras persisten las dificultades de contratación en la hostelería.
A 80 días del inicio de los Juegos Olímpicos, las empresas, sobre todo en Île-de-France, están preocupadas por la acogida de los visitantes, el tráfico en París e incluso el transporte de mercancías, mientras numerosos puentes estarán cerrados y barrios de difícil acceso. El gobierno ha tratado de convencerlos de que los Juegos no afectarán negativamente al turismo.
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Si bien la clientela china es todavía cuatro veces menor que antes del Covid (dos millones de visitantes en 2019), la tramitación de visados para turistas y grupos chinos debería simplificarse y acelerarse, al igual que la de los clientes de negocios.
Para ayudar a las pequeñas empresas turísticas a acelerar el desarrollo sostenible y la digitalización, un fondo privado de 300 millones de euros liderado por Montefiore se abrirá a una veintena de proyectos, mientras que medidas post-Covid como el préstamo turístico se harán sostenibles.
También se revisará la gobernanza del sector, con una reforma –tras los Juegos Olímpicos– de la agencia de promoción del turismo francés en el extranjero, Atout France. Su directora general, Caroline Leboucher, dejará su cargo el 16 de junio, anunció el gobierno el martes.
