En un informe, la NASA está preocupada por el empeoramiento de la fuga de oxígeno en el segmento ruso del laboratorio espacial.
Al estimar el riesgo “en cinco sobre cinco”, la agencia emitió recomendaciones para garantizar la seguridad de la tripulación a bordo.
¡Houston, tenemos un problema! La NASA y la agencia espacial rusa (Roscosmos) están intentando tapar una fuga de oxígeno a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS). Pero esto último sigue empeorando, al punto que la Oficina del Inspector General de la NASA menciona en un informe reciente “un gran riesgo de seguridad”del laboratorio espacial y sus ocupantes. Esta filtración, cuya causa aún no ha sido identificada, ya ha sido objeto de debate público.
Roscosmos reconoció el pasado mes de febrero haber detectado grietas microscópicas en el módulo Zvezda, que se encuentra en el segmento ruso de la estación espacial. Sin embargo, dijo que las filtraciones no representaban ningún riesgo para la seguridad de la tripulación. Sin embargo, el informe publicado recientemente indica que en abril de 2024, la NASA identificó un “aumento de la tasa de fuga a su nivel más alto hasta el momento“.
La NASA no oculta su preocupación
Desde esta alerta, la agencia espacial rusa ha limitado al máximo las operaciones en la zona y ha mantenido cerrada la escotilla entre el módulo de servicio y el puerto de atraque, donde se encuentran las fugas, para minimizar los riesgos. Una solución que no tranquilizó a los responsables de la NASA, cuyo informe (nueva ventana) ahora evalúa el riesgo de fuga”cinco de cinco“, el nivel más alto de su política de gestión de riesgos a bordo del laboratorio que orbita la Tierra.
-
Leer también
Fin de la ISS en 2031: el nuevo plan de la NASA para estrellar la estación espacial
Si no se encuentra una solución para detener estas filtraciones, la NASA y Roscosmos podrían considerar cerrar permanentemente la escotilla del túnel en cuestión, lo que impediría a los astronautas utilizar uno de los cuatro puertos de atraque del lado ruso. de la EEI. El informe del Inspector General de la NASA recomienda una revisión de las herramientas de seguimiento de desechos orbitales para “garantizar la seguridad de la tripulación“y el desarrollo de”planes de emergencia” en caso de que las fugas de aire empeoren.
