Esta región es considerada “una de las más extremas” de nuestra galaxia, debido a “la inmensa influencia gravitacional del agujero negro supermasivo, que impulsa órbitas estelares altamente excéntricas y de alta velocidad, así como fuerzas de marea capaces de perturbar y destruir potenciales sistemas binarios”, añade el investigador.
El descubrimiento de la estrella binaria demuestra que los agujeros negros de este tamaño “no son tan destructivos” como se esperaba, resume en un comunicado de prensa del Observatorio Europeo Austral (ESO) el autor principal del estudio, Florian Peissker (Universidad de Colonia).
Este sistema doble, denominado D9, está ubicado en un denso grupo de estrellas y otros objetos que orbitan alrededor de Sgr A*, llamado “cúmulo S”. Durante sus pases más cercanos, se encuentra a sólo 0,12 años luz del agujero negro. En comparación, Proxima Centauri, la estrella más cercana al Sol, está 40 veces más lejos que D9 de Sgr A*.
La detección de la estrella doble fue posible gracias a los datos obtenidos durante un largo período con dos espectrógrafos del Very Large Telescope (VLT): SINFONI (2005-2019), luego ERIS (encargado en 2022).
Según Michal Zajacek, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Masaryk (República Checa) y de la Universidad de Colonia, el sistema D9 “muestra signos claros de la presencia de gas y polvo cerca de las estrellas”. Lo que sugiere “que podría tratarse de un sistema estelar muy joven que debió formarse cerca del agujero negro supermasivo”, añade.
El equipo de investigadores estima que D9 tiene sólo 2,7 millones de años y que la fuerza gravitacional del agujero negro probablemente hará que se fusione en una sola estrella en sólo un millón de años.
– Posibles planetas –
Esta juventud la hace aún un poco más única en su tipo, mientras que los otros cinco sistemas dobles descubiertos hasta la fecha son estrellas masivas, incluso muy masivas, más evolucionadas.
Los científicos creían que las condiciones extremas cercanas a un agujero negro impedían la formación de nuevas estrellas y que las presentes allí se formaban en regiones más adecuadas antes de migrar al centro galáctico durante su vida.
Sin embargo, las observaciones mostraron que esta región estaba “paradójicamente poblada por estrellas jóvenes”. El descubrimiento de una joven estrella binaria “demuestra una vez más que todo es posible alrededor de un agujero negro supermasivo”, subraya Bordier.
Este descubrimiento también arroja nueva luz sobre los “objetos G”, los objetos más misteriosos del cúmulo S, que se comportan como estrellas pero recuerdan a nubes de gas y polvo.
El equipo sugiere que podría ser una combinación de estrellas binarias que aún no se han fusionado y material residual de estrellas ya fusionadas.
La detección de D9 también permite especular sobre la presencia de planetas en el centro galáctico, ya que estos se forman a menudo alrededor de estrellas jóvenes. “Parece plausible que la detección de planetas en el centro galáctico sea sólo una cuestión de tiempo”, afirma Peissker.
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