Actualmente se está produciendo el desove de corales en Nueva Caledonia. Un fenómeno visible a simple vista observado, como cada año, de un extremo al otro del Caillou… con mayor o menor éxito.
Después de la luna llena de noviembre, llega el desove de los corales. Un espectáculo hipnotizante, grandioso y delicado al mismo tiempo. Cada año, al mismo tiempo y de forma sincrónica, las colonias liberan sus gametos, es decir sus células reproductoras. Nubes de pequeños copos rosados flotan en la laguna.
Cada año, entusiastas, curiosos y científicos intentan observar el fenómeno. Con mayor o menor éxito. Bingo, para los miembros de la asociación Hô-üt que bucearon el 18 de noviembre en el arrecife Koé, en Touho.
Lo mismo ocurre con los grupos de la asociación de buceo Tu Koohnê, en Koné. Véase el informe de Camille Mosnier.
©nuevacaledonia
O para el fotógrafo Gill Chabaud en el arrecife periférico de Baie-des-Citrons, en Nouméa. “Dimos en el clavo. La puesta de huevos ha tenido lugar. Es simplemente magnífica, increíble”. Pero vaya, para este grupo que se lanzó al agua en el mismo sector con el CIE, el Centro de Iniciación Ambiental. Esa noche, el desove apenas fue visible. Dicho esto, incluso el fracaso deja recuerdos muy bonitos, como lo demuestra este vídeo recopilatorio de Johan Bas.
En el acuario Lagoons, las colonias de coral desovaron durante cada uno de los tres emocionantes eventos nocturnos organizados para la ocasión. Aunque eso signifique interrumpir apresuradamente un taller para ir rápidamente a admirarlos. Tardes en las que pudimos conocer que hay corales de aguas frías, que cazan pólipos o que se libran encarnizada batalla por la posición.
Arriba del informe de Laura Schintu y Cédric Michaut