Donald Trump aseguró el lunes 25 de noviembre que su primera medida económica tras su toma de posesión en enero sería aumentar los derechos de aduana sobre los productos procedentes de China, pero también de Canadá y México, decisiones que justifica por las crisis relacionadas con los opioides y la inmigración. El presidente electo de Estados Unidos acusa en particular a China de no tomar medidas suficientemente firmes para frenar la entrada en territorio americano de drogas ilegales procedentes de México. “especialmente fentanilo”.
Es una droga, un analgésico tan potente y adictivo que los médicos lo administran en pequeñas dosis. Pero el fentanilo ha sido desviado de su uso médico. Se utiliza como droga, “unas 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más potente que la heroína”, según la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
El fentanilo que se vende en el mercado negro estadounidense procede principalmente de México, donde hay miles de pequeños laboratorios clandestinos. “coccinero”. Los dos principales cárteles mexicanos –Sinaloa y Jalisco– se abastecen principalmente de China. Allí se fabrican legalmente algunos ingredientes activos de la potente droga sintética. “Los narcos logran importar fentanilo de China. Mezclan esta droga con diferentes químicos, incluidos ácidos, que la transformarán en un producto que no matará inmediatamente a su usuario, incluso si es extremadamente fuerte. polvo hasta convertirlo en una pasta que se secará y podrá transformarse en gránulos”, Bertrand Monnet, especialista en economía del crimen, explicó en franceinfo. Produjo una serie documental para el periódico. El mundotitulado “Narco Negocios”.
Entonces, estos traficantes “utilizar su vasta red de distribución para transportar drogas a los Estados Unidos”según la DEA. El fentanilo tiene efectos devastadores. Provoca al menos 70.000 muertes por sobredosis cada año en Estados Unidos, según las autoridades estadounidenses. Es una de las principales causas de muerte en el país. Este problema de salud pública se ha convertido en una de las prioridades de la Casa Blanca bajo Joe Biden. En varias ocasiones en los últimos años, Washington ha adoptado sanciones económicas contra mexicanos y chinos acusados de estar vinculados al tráfico de fentanilo.
En marzo de 2024, por ejemplo, 15 miembros del poderoso cartel de Sinaloa en México y seis empresas con sede en México fueron sancionadas por participar en “un esquema de comercio de pesos en el mercado negro destinado a lavar millones de dólares provenientes del fentanilo para el cártel de Sinaloa”, explicó el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en un comunicado de prensa. En julio, el narcotraficante mexicano Ismael “El Mayo” Zambada y el hijo de su expareja, Joaquín “El Chapo” Guzmán, fueron arrestados en Texas. Anne Milgram, directora de la DEA, la Agencia Federal Antidrogas, celebró estos arrestos que impactaron “el corazón del cartel responsable de la mayoría de las drogas, incluidos el fentanilo y la metanfetamina, que están matando a estadounidenses de costa a costa”.
El 8 de noviembre, una empresa china, su director y varios de sus empleados fueron acusados por la justicia estadounidense de haber vendido ilegalmente compuestos químicos contenidos en el fentanilo, según el Departamento de Justicia estadounidense.
Después de años de tensos intercambios diplomáticos con Washington, Beijing se comprometió este verano a fortalecer los controles sobre las sustancias químicas utilizadas para fabricar fentanilo en particular. China asegura que asegura que están destinados a la industria farmacéutica y no a los traficantes. La nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum –al igual que su antecesor Andrés Manuel López Obrador– muestra su firme intención de luchar contra el narcotráfico.