Medio litro de cerveza administrado diariamente mediante sonda gástrica, y durante seis días seguidos, es el tratamiento especial que espera a determinados pacientes en las unidades de cuidados intensivos del Hospital Universitario de Basilea. La idea puede parecer absurda, pero es un estudio completamente serio que se está llevando a cabo hasta 2027. Y con una cerveza ecológica proporcionada por una cervecera local, ¡por favor!
El objetivo: calmar a los pacientes e intentar prevenir el delirio. De hecho, este fenómeno no es infrecuente en el servicio y aumenta el riesgo de mortalidad. Además, un paciente desorientado y que sufre alucinaciones puede representar una pesada carga para el personal sanitario. Esto también extiende la duración de las estadías y aumenta los costos médicos. “El origen de los delirios es multifactorial. Actualmente se están discutiendo cinco mecanismos patológicos, todos ellos probablemente relacionados entre sí y, en particular, relacionados con alteraciones en el cerebro, afirma Martin Siegemund, médico jefe de la unidad de cuidados intensivos.
Este último explica que, básicamente, la dosis de cerveza está destinada a pacientes que beben habitualmente pequeñas cantidades de alcohol (de 1 a 2 dl al día). Pero cuando el hospital no sabe si la persona forma parte de esta categoría, ante la duda, le administran la misma dosis de binche. Las primeras cobayas lo recibieron en abril de 2023 y, hasta la fecha, han participado en el estudio 17 personas. El plan ahora apunta a 25 por año. El médico precisa que quedan excluidas del estudio las personas de fe musulmana y los ex alcohólicos, ahora abstinentes.
¿Pero no tememos la embriaguez en cuidados intensivos? “Para una persona de 50 kg, esto representa alrededor del 0,14 por mil. Esto es muy poco en comparación con otros sedantes que tenemos que administrar a los pacientes”, concluye el médico jefe. Sin embargo, estos últimos no pueden decir más sobre los resultados ya recogidos. Cabe recordar que el hospital de Basilea también está investigando el impacto del LSD en personas que padecen ansiedad grave.
Mala idea, según un adicto
La infusión de alcohol puro para prevenir el delirio se practicaba hace 30 o 40 años, recuerda Jean-Bernard Daeppen, jefe del departamento de medicina de las adicciones del CHUV. Al interesarse por este estudio, éste adopta una mirada crítica. “Entre los pacientes que experimentan delirio, probablemente hay una proporción significativa que sufre de dependencia del alcohol. Al darles cerveza evitamos la abstinencia que se podría haber previsto con las benzodiazepinas. La hospitalización es un momento oportuno para detectar y tratar la adicción”. El adicto añade: “El estudio también parece exponer a los pacientes que no consumen alcohol, lo que representa una asunción de riesgos inapropiada”.