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Los libros de quejas se ponen a disposición de los residentes en los ayuntamientos. Fue un éxito: se registraron 19.899 cuadernos, que contenían más de 200.000 aportaciones. Pero seis años después, estos deseos no han sido atendidos. Lo que lamenta Aurélien Péroumal, representante electo de la oposición (varias izquierdas) en Viry-Chatillon (Essonne): “Ya nadie ha vuelto a esto. Sin embargo, los vecinos se tomaron el tiempo para expresar sus preocupaciones. Estas contribuciones ciudadanas, aunque esenciales para la democracia local, nunca han sido tomadas en consideración. Peor aún, siguen siendo inaccesibles al público a pesar de que su publicación fue un compromiso del Presidente de la República. »