La llegada a Francia de la nueva variante del mpox, de la que se identificó un primer caso en Bretaña, no significa que los riesgos de contraer la enfermedad aumenten en este país, donde ya está presente desde hace varios años. Por otro lado, esto subraya la importancia de la vacunación de las personas consideradas de riesgo.
Mpox -contracción de la viruela del mono, en inglés Monkey Pox- es una enfermedad viral que se manifiesta principalmente por fiebre y la aparición de lesiones cutáneas, llamadas vesículas. Confinado en gran medida a unos diez países africanos desde su descubrimiento en la década de 1970, se ha extendido en 2022 al resto del mundo, incluidos los países desarrollados. Históricamente, la mpox es más conocida por transmitirse a través del contacto con animales, particularmente mediante el consumo de carne contaminada. Pero las epidemias recientes también parecen estar relacionadas con la contaminación de un ser humano a otro, particularmente durante las relaciones sexuales.
Hablamos de “clado” para designar las distintas familias del virus mpox. Desde 2022, el clado 2 circula en Francia, como en la mayoría de los países donde se ha detectado la enfermedad fuera de África. Esta vez se trata de una variante de la otra gran familia, el clado 1, que fue detectada en un paciente en Bretaña, en el oeste de Francia. Otra sutileza: no se trata del clado 1 clásico, presente desde hace décadas en África, sino de una subvariante, el clado 1b, identificado mucho más recientemente en la República Democrática del Congo (RDC).
No hay indicios en este momento de que esta versión del virus sea más peligrosa. Ciertamente, el clado 1 se asocia con una mayor mortalidad que el clado 2. El primero está provocando actualmente una epidemia centrada en la República Democrática del Congo, con más de 1.000 muertes el año pasado. Por el contrario, la epidemia causada por el clado 2 resultó ser extremadamente letal en países fuera de África. Pero estas brechas se explican en gran medida por la calidad superior de la atención en los países desarrollados y por el perfil de los pacientes. En África Central se trata frecuentemente de niños desnutridos, que a menudo han sido contaminados directamente a través de animales. En los países desarrollados, son casi exclusivamente los adultos, con mayor frecuencia hombres, los que se contagian durante las relaciones homosexuales.
Sin embargo, la aparición de la nueva variante 1b requiere una mayor vigilancia. Primero, porque todavía no sabemos muchas cosas sobre su perfil. A diferencia de su hermano mayor, el clásico clado 1, ataca en la República Democrática del Congo (y en algunos países vecinos) a adultos más que a niños. Por tanto, parece que su modo de transmisión es similar al del clado 2, pero su grado de contagiosidad aún está por decidir. Es tranquilizador que el clado 1b no haya causado nuevos brotes en los países europeos donde se ha identificado en los últimos meses: Alemania, Bélgica, el Reino Unido y Suecia. Generalmente se trataba de personas que acababan de regresar de África Central y habían sido infectadas allí.
Varias vacunas, desarrolladas originalmente contra la viruela, son eficaces contra la mpox. Queda por aclarar hasta qué punto esta eficacia continúa contra el clado 1b, pero por el momento los expertos se muestran bastante confiados.