Desde principios de noviembre, los días soleados son raros en la Isla del Príncipe Eduardo. Según datos del aeropuerto de Charlottetown, no se registraron días soleados entre el domingo 10 de noviembre y el jueves 28 de noviembre.
Se informó que noviembre fue más cálido y ligeramente más húmedo de lo normal, debido principalmente a una densa nubosidad que rara vez abandonaba la provincia.
“En los días oscuros era realmente difícil. Esto afectó mi estado de ánimo, sobre todo por el mal tiempo y la lluvia, casi no podía salir, testifica la isleña Jane Pehlivan. Espero que funcione”.
La falta de luz en otoño e invierno afecta al cerebro y al reloj biológico. Se llama trastorno afectivo estacional y es una forma más leve de depresión que suele desaparecer cuando llega la primavera.
“La falta de luz disminuye la producción de serotonina en nuestro cerebro. Esta pequeña molécula interviene tanto en la regulación del sueño como en el estado de ánimo”, explica el codirector del Centro de Investigación Temática en Neurociencia de la Universidad Laval de Quebec, Marc Hébert.
Beneficios de la nieve
“Cuanto mayor es el nivel de serotonina, más mejora nuestro estado de ánimo, cuanto menor es el nivel, más deprimidos podemos estar”, añade el científico.
Según él, casi la mitad de la población canadiense sufre las repercusiones de la poca luz: “En el 3% de ellos, los síntomas son graves, en el resto, siguen siendo leves”.
El trastorno se caracteriza por un déficit de energía, incluso un aumento de la fatiga y del tiempo de sueño, dificultad para concentrarse, lentitud al hacer las cosas y un aumento del apetito, especialmente por el azúcar.
La luz también reinicia el reloj biológico. Envía mensajes al cerebro, que luego mide la intensidad de la luz externa.
En personas sensibles, la disminución de la luz de otoño e invierno provoca una alteración del reloj interno y altera la secreción de serotonina y melatonina (hormona que da ganas de dormir).
“Si no recibimos suficiente luz por la mañana, nuestro ritmo cambia y nos acostamos más tarde, tenemos más dificultades para levantarnos y esto acaba en una depresión estacional”, afirma Marc Hébert.
Numerosos estudios en animales y humanos confirman que la luz de la mañana es esencial para sincronizar eficazmente los relojes biológicos.
Según Marc Hébert, la nieve que llegará pronto cambiará la situación: “El blanco refleja la luz e ilumina mucho nuestro entorno, eso ayudará”.
Beneficios de la luz blanca al despertar
Mientras tanto, el especialista recomienda la fototerapia para tratar las formas de depresión estacional. La difusión de luz blanca es “muy eficaz para resincronizar el reloj interno”, asegura.
El investigador recomienda exponerse durante treinta minutos al día, preferiblemente por la mañana, a una pantalla que difunda luz blanca (LED en los dispositivos más recientes), con una intensidad de entre 5.000 y 10.000 lux.
“También podemos usarlo en niños, pero por un tiempo más corto, sólo 15 minutos”, explica.
En Charlottetown, Jane Pehlivan invirtió en la compra de un dispositivo de fototerapia el año pasado: “Lo uso por la mañana en el desayuno y realmente marca la diferencia, se siente bien comenzar el día”.
Marc Hébert, por su parte, recuerda la importancia de practicar también una actividad deportiva regular, el mejor de los “antidepresivos”.
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