Medidas para regular mejor el uso de opioides débiles
Un objetivo: limitar los riesgos de dependencia y mal uso
El tramadol y la codeína, comúnmente recetados para aliviar el dolor de moderado a intenso, se asocian con riesgos importantes de mal uso, dependencia y sobredosis. Según datos de la Red francesa de vigilancia de la adicción, el porcentaje de recetas sospechosas de tramadol aumentó del 6,9% en 2013 al 17% en 2022. Las muertes relacionadas con el tramadol representaron el 35% de los casos de muertes tóxicas por analgésicos en 2022, o 48 muertes de cada 135. Estas cifras subrayan la urgencia de fortalecer las normas que rigen su prescripción.
Las nuevas obligaciones detalladas
Desde el 1 de marzo de 2025:
- Los medicamentos que contienen tramadol o codeína deben prescribirse mediante receta médica segura. Estas recetas deben indicar en su totalidad la posología, posología y duración del tratamiento.
- La duración máxima de prescripción se reducirá a tres meses para la codeína y la dihidrocodeína, en línea con las normas ya vigentes para el tramadol.
- Cualquier ampliación del tratamiento requerirá una nueva prescripción.
Las preocupaciones de los profesionales sobre la implementación apresurada
El SFETD, a través de su presidenta, la profesora Valéria Martínez, advirtió sobre las posibles consecuencias de una rápida implementación. Según el comunicado de prensa de la asociación, varios obstáculos importantes dificultan la aplicación inmediata de las nuevas medidas:
- EL recetas segurasaunque necesarios, no están disponibles en cantidades suficientes.
- EL software de prescripciónen su estado actual, no permiten integrar los nuevos requisitos.
- EL profesionales de la salud no han recibido la formación adecuada para cumplir con las nuevas normas.
Estas deficiencias podrían provocar interrupciones en la atención al paciente, con graves repercusiones, como un aumento de las urgencias por dolor mal controlado o de deambulación médica, con los pacientes buscando soluciones fuera de los circuitos seguros.
El SFETD destaca una paradoja: aunque estas medidas tienen como objetivo asegurar las recetas, el aumento del número de recetas en papel podría aumentar el riesgo de robo o falsificación. La Dra. Marguerite d’Ussel, secretaria general adjunta del SFETD, señala que “laLa receta electrónica podría haber ofrecido una seguridad real, pero su implementación aún es demasiado limitada“.
Comparaciones inapropiadas y una necesaria visión equilibrada
Un contexto diferente de la crisis de opioides en Estados Unidos
El SFETD insiste en la necesidad de adaptar las políticas públicas al contexto francés. A diferencia de Estados Unidos, donde la crisis de opioides se caracteriza por el uso indebido masivo de opioides fuertes (como la oxicodona), Francia se enfrenta principalmente al abuso de opioides débiles. Con una tasa de 0,2 muertes por 100.000 habitantes relacionadas con los opioides en 2022, la situación francesa es mucho menos crítica que la de Estados Unidos (20 muertes por 100.000 habitantes).
“Necesitamos estar tan preocupados por los riesgos de prescribir en exceso como de prescribir menos cuando los opioides son necesarios.“, subraya la profesora Valéria Martínez, recordando la importancia de evitar la “opiofobia” que podría privar a los pacientes de tratamientos esenciales.
Recomendaciones para una aplicación exitosa de las medidas
Formar mejor a los profesionales de la salud
La SFETD recomienda reforzar la formación inicial y continua de los prescriptores sobre el manejo del dolor y el uso de opioides. También se considera crucial educar a los pacientes sobre los riesgos y las mejores prácticas.
Integrar soluciones digitales
La integración de recetas electrónicas seguras, ya prometida en el marco de Ségur de la santé, se considera una solución a largo plazo. Estas herramientas limitarían los riesgos de falsificación y al mismo tiempo facilitarían el trabajo de los profesionales de la salud.
Difundir las recomendaciones existentes.
Las recomendaciones publicadas por la HAS en 2022, destinadas a promover el uso adecuado de los opioides, aún no han tenido tiempo de producir sus efectos. Una mejor difusión y aplicación de estas guías es esencial para reducir el abuso sin restringir el acceso de los pacientes a los tratamientos necesarios.
Un aplazamiento, pero incertidumbres persistentes
El aplazamiento hasta el 1 de marzo de 2025 permite un tiempo valioso para adaptarse a las nuevas reglas. Sin embargo, los desafíos logísticos y organizativos siguen siendo numerosos. El equilibrio que hay que encontrar entre reducir el abuso y preservar el acceso al tratamiento es el centro de las preocupaciones.
Como resume el profesor Eric Serra, vicepresidente del SFETD: “El escándalo de los opioides no es recetarlos, no es recetarlos”. Esta declaración ilustra la necesidad de políticas equilibradas, respetuosas de las necesidades de los pacientes y de las realidades de los profesionales de la salud.
Ver nota de prensa del SFETD