El Presidente de la República afirmó en 2021 su deseo de hacer de Francia el líder europeo en innovación sanitaria. Como laboratorio farmacéutico innovador, este anuncio resonó con fuerza en nuestra empresa: Francia se beneficia de un sólido ecosistema de investigación académica y científica, reconocido y envidiado a nivel internacional. Las medidas introducidas bajo los auspicios del Plan de Innovación Sanitaria 2030, como el acceso temprano a innovaciones terapéuticas y la creación de la Agencia de Innovación Sanitaria, demuestran una política ambiciosa. Las inversiones industriales, retransmitidas periódicamente por la prensa durante Choose France, confirman que Francia es un actor clave para los laboratorios. Estos proyectos no se refieren sólo a las fábricas, sino también al aumento de las capacidades de investigación y desarrollo (I+D) en el territorio.
Sin embargo, los obstáculos persisten. Estamos en una fase crítica: la de la votación de la ley de financiación de la Seguridad Social para 2025, tras un período de incertidumbre política. Las discusiones sobre la industria farmacéutica muchas veces se centran en la soberanía sanitaria, centradas en los establecimientos industriales. Es hora de revisar esta visión e integrar la innovación en esta ecuación, considerándola como una inversión a largo plazo. Atraer innovaciones a Francia, gracias a una mayor promoción de las asociaciones público-privadas y a la integración de los pacientes franceses en los ensayos clínicos, sería crucial para garantizar la soberanía sanitaria con alcance europeo.
Previsibilidad. Ser líder europeo en innovación sanitaria también implica previsibilidad económica y fiscal para las empresas farmacéuticas. Sin embargo, esto se ha visto debilitado desde hace varios años por el bajo nivel de precios de las innovaciones y la activación sistemática de la cláusula de salvaguardia, una contribución a la regulación del gasto en medicamentos, reformada casi anualmente en el proyecto de ley de financiación de la Seguridad Social (PLFSS) e impredecible. ¿Consecuencias para Francia? Un riesgo de desinversión por parte de las empresas matrices, incapaces de anticipar estos mecanismos, y un debilitamiento de las empresas farmacéuticas de todos los tamaños. Astellas, por ejemplo, un laboratorio japonés de tamaño medio, con una cartera innovadora y ajustada, se ve fuertemente afectada por estas regulaciones, al igual que las biotecnológicas y las empresas emergentes que luchan por mantener su presencia en Francia. En última instancia, esto podría conducir a la retirada de medicamentos del mercado francés, al cierre de filiales y a una limitación del acceso de los pacientes franceses a las innovaciones.
A pesar de estos desafíos, hay muchas perspectivas: es imperativo garantizar la continuidad de las políticas favorables a la innovación en salud y mantener un diálogo constructivo. Gracias a la movilización de todos los actores de la innovación, Francia podrá afrontar el desafío lanzado por Emmanuel Macron hace casi cinco años.
Ghislaine Leleu es directora general de Astellas en Francia
