Caro y doloroso, el DIU sigue siendo esencial

Caro y doloroso, el DIU sigue siendo esencial
Caro y doloroso, el DIU sigue siendo esencial
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Inicialmente, la Federación de Consumidores de habla francesa (FRC), bajo el liderazgo de Sandra Imsand, se propuso investigar cuestiones relacionadas con la facturación del DIU.

“Desde hace varios años recibimos consultas en el consultorio sobre los precios cobrados, sobre el pago en efectivo por la inserción y el DIU a su ginecólogo. Al tomar la temperatura a mi alrededor con una forma que se suponía me ayudaría a establecer el tema, se convirtió en el tema. Más de 300 personas respondieron en dos semanas, planteando cuestiones que yo no había identificado, dice Sandra Imsand. ¡Tantos testimonios, es raro!”

Más allá de su precio, el DIU dio que hablar entre las mujeres. Ideas recibidas, miedos, dolores, expectativas… la encuesta “Estás harta del útero” publicada en mayo de 2024 plantea interrogantes. Aquí hay algunos.

¿Práctico y más natural?

En Suiza, el DIU es el tercer método anticonceptivo, detrás del condón y la píldora. Menos restrictivo que este último, ya que ya no tenemos que pensar en ello una vez insertado el dispositivo intrauterino (DIU). De hecho, el método es cada vez más popular.

Entre las 306 mujeres que participaron en la encuesta de FRC, el 40% optó por el DIU de cobre y el 60% por la versión hormonal. Para el primero, se trata de “prescindir de hormonas y encontrar un ritmo de ciclos considerado más natural”, para el segundo, es del lado práctico y de reducir o, en ocasiones, detener la menstruación.

En su consulta, el Dr. Damien Robyr, especialista en ginecología y obstetricia en Lausana, señala:

“Hay muchas solicitudes de mujeres de todas las edades para que eviten tomar hormonas sintéticas debido a los efectos adversos que pudieron haber tenido con la píldora o por temores, no siempre bien fundados, de que la píldora no sea buena para su salud a largo plazo. “

¿Una solución predeterminada?

Tras su investigación, Sandra Imsand destaca que “para muchos profesionales y pacientes, los DIU hormonales son una “solución por defecto”. De hecho, desde hace poco más de diez años, también se recomiendan para mujeres jóvenes, aquellas que nunca han dado a luz o para paliar los efectos negativos de la menopausia.

Lejos de considerarse una solución milagrosa, el DIU transmite ideas preconcebidas. Así, algunas mujeres, de todas las generaciones juntas, todavía asocian a veces el DIU y el riesgo de infertilidad.

“Esto ya no corresponde a la práctica actual. Podemos muy bien insertar el DIU en adolescentes y en mujeres que no han tenido hijos, subraya Damien Robyr. Esta idea se remonta, en particular, a antiguos estudios que señalaban un aumento de las infecciones tubáricas que provocaban posteriormente problemas de fertilidad. Pero estos estudios se basaron en un modelo específico de DIU que ya no existe.

El especialista señala, sin embargo, que la creencia aún persiste hoy:

“Es cierto que cuando hablamos del DIU con pacientes jóvenes, sus madres a veces se preocupan, porque tienen la idea de que podría dejar infértiles a sus hijas”.

Si bien las solicitudes aumentan entre las mujeres jóvenes, el ginecólogo subraya que, sin embargo, existen relativamente pocas indicaciones médicas para la inserción inmediata de un DIU en una mujer muy joven. En casos específicos, el DIU también puede ser ofrecido por ginecólogos a mujeres jóvenes que deseen esterilizarse.

“A la espera de que tomen una decisión definitiva, con la ventaja de una anticoncepción eficaz a largo plazo, el DIU permite una duración de la anticoncepción de tres a diez años, según el modelo”, añade el ginecólogo.

¿Un dolor subestimado?

“Si bien la encuesta no incluyó una pregunta sobre la experiencia de la postura, la inmensa mayoría de las mujeres informaron que el dolor era un tema a abordar”, confirma Sandra Imsand. Desmayos, calambres, malestar, incluso imposibilidad de retomar la actividad tras el procedimiento…

“Al leer estos testimonios, tengo la sensación de que algunas mujeres se sienten perdidas ante este problema”, añade. Y la respuesta médica varía desde nada hasta Irfen hasta anestesia local según el caso.

Sensible a este problema, Damien Robyr insiste en la importancia de la información. “Si el DIU está de moda entre las jóvenes que lo ven como el anticonceptivo ideal en respuesta a los temores que inspiran los anticonceptivos hormonales, es importante discutir los posibles efectos secundarios”. Como el hecho de que la postura puede resultar dolorosa.

Este es un procedimiento médico que requiere buena información previa. Se encuentran disponibles protocolos de información escritos que se pueden entregar a la paciente, permitiéndole dar su consentimiento informado.

“Si esperas que sea como un examen ginecológico estándar, puede haber sorpresas desagradables. En particular, la sensación de un cuerpo extraño colocado en el útero puede resultar desagradable, explica el ginecólogo. Sin embargo, determinadas técnicas permiten reducir el dolor durante la inserción renunciando, por ejemplo, al uso sistemático de las pinzas de Pozzi, un instrumento que muerde el cuello uterino para ayudar a enderezar el útero, o sustituyéndolas por instrumentos nuevos más recientes. mucho menos traumático”.

¿Un precio que resulta desagradable?

Este fue el punto de partida de la investigación del FRC, algo eclipsado por los demás temas planteados. Sin embargo, si los precios varían (entre 270 y 500 francos aproximadamente), incluido el dispositivo y la instalación, es la incomprensión de tener que pagar el importe, a menudo en efectivo directamente al ginecólogo, lo que hace reaccionar a los pacientes. Con un lado un poco clandestino que resulta inquietante. Sobre este punto, las respuestas son vagas. Se trata de gestionar el stock y de evitar facturas impagas para los profesionales, ya que la intervención no está cubierta por el seguro médico.

“Para alrededor del 30% de las personas, el precio podría ser o ha sido un motivo para renunciar al DIU. Otros lo conservan porque no tienen medios para cambiarlo”, se preocupa Sandra Imsand.

La posible duración del uso del DIU varía según el caso, según Damien Robyr: “Para una mujer de 23 años muy fértil, exceder en varios meses la fecha de caducidad del DIU probablemente no sea una buena idea, pero una El DIU hormonal instalado a los 45 años puede perfectamente conservarse hasta los 55 años, por ejemplo.

Por parte del FRC, este tema, que empezó como una cuestión de facturación antes de convertirse en algo social, es un punto de partida: “Queremos animar a las autoridades a que se hagan cargo del tema”, concluye Sandra Imsand.

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