Este virus nos infecta al 95% de nosotros y ya se han descubierto sus debilidades

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Actualmente, no hay ninguna vacuna o tratamiento específico disponible para el virus de Epstein-Barr (VEB), pero hallazgos recientes han identificado debilidades en el virus, que pueden conducir al desarrollo de terapias dirigidas en el futuro.

Descubrimiento de vulnerabilidades

Descubierto por el Dr. Anthony Epstein e Yvonne Barr en 1964, el virus Epstein-Barr (EBV) es uno de los virus más extendidos en el mundo. En realidad afecta medio ambiente 95 % de la población mundial en algún momento de sus vidas. Aunque la infección por EBV suele ser asintomático y pasa desapercibido, el virus puede provocar enfermedades graves como la mononucleosis infecciosa, la esclerosis múltiple y ciertos tipos de cáncer, incluido el linfoma. Hasta hace poco, el VEB seguía siendo un desafío en el tratamiento y la prevención, en gran parte debido a la ausencia de una vacuna y terapias específicas dirigidas al virus.

Sin embargo, un avance significativo en la investigación podría cambiar las reglas del juego. De hecho, los científicos del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) han destacado vulnerabilidades en la estructura del virus EBVincluido el enfoque en una proteína clave utilizada por el virus para infectar las células B del sistema inmunológico. Estas células B pueden albergar el virus de forma latente, lo que permite que el EBV permanezca en el cuerpo indefinidamente.

Créditos: SyhinStas/iStock

Hacia un escudo anti-EBV

El estudio identificó específicamente dos anticuerpos monoclonales, denominados A10 y 4C12que se dirigen eficazmente a proteína gp42 del virus. Esto juega un papel crucial en la capacidad del virus para unirse a las células B y entrar en ellas, facilitando así la infección. Ambos anticuerpos funcionan principalmente bloqueando esta interacción clave, lo que evita que el virus se infiltre en las células B. La cristalografía de rayos X reveló que A10 y 4C12 se unen a dos sitios distintos en la proteína gp42, proporcionando una conexión. doble barrera contra la infección.

Las pruebas en modelos animales, especialmente ratones, han demostrado resultados prometedores. En particular, el anticuerpo A10 pudo bloquear casi por completo la infección por EBV. Además, ninguno de los ratones tratados con A10 desarrolló linfoma, lo que sugiere que este anticuerpo podría proporcionar una protección significativa contra los cánceres relacionados con el VEB.

Aunque se necesitan estudios adicionales para confirmar estos resultados en humanos, esta investigación marca un paso importante hacia una mejor prevención y tratamiento del VEB.

En última instancia, los investigadores esperan que estos anticuerpos puedan usarse no solo para prevenir la infección por EBV en personas no infectadas, sino también para brindar una nueva opción de tratamiento para aquellos que ya están infectados o en riesgo de desarrollar infecciones graves por EBV. Las implicaciones para la salud pública son considerables, especialmente para las personas inmunocomprometidas o aquellas que se someten a trasplantes de órganos, que son particularmente vulnerables a enfermedades graves causadas por el VEB.

Hacia terapias combinadas y prevención ampliada

Los descubrimientos en torno a los anticuerpos monoclonales A10 y 4C12 también abren el camino a nuevas estrategias terapéuticas combinadas. Al atacar simultáneamente múltiples etapas del ciclo viral, como la entrada a las células B y la reactivación del virus latente, estos enfoques podrían proporcionar una protección más completa. Además, los investigadores están explorando la posibilidad de combinar estos anticuerpos con antivirales específicos para maximizar su eficacia. Este avance no sólo podría transformar el manejo de las infecciones agudas y crónicas relacionadas con el VEB, sino que también constituiría un modelo para el tratamiento de otros virus latentes, como el herpesvirus. Finalmente, el desarrollo de una vacuna preventiva basada en esta investigación podría proteger a las poblaciones más expuestas y reducir considerablemente el impacto global de las patologías asociadas al EBV.

Los detalles del estudio se publican en la revista Immunity.

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