En este pequeño ensayo clínico, los pacientes con cáncer de mama triple negativo que recibieron una vacuna experimental tuvieron un riesgo muy reducido de que sus tumores reaparecieran. Además, la inmunoterapia parece ser segura, bien tolerada y eficaz para inducir respuestas inmunitarias.
El cáncer de mama triple negativo es un tipo de tumor agresivo que crece incluso en ausencia del “combustible hormonal” que estimula el crecimiento de otros tipos de cáncer de mama. Hasta la fecha, el cáncer de mama triple negativo no se beneficia de ninguna terapia dirigida y generalmente se trata con enfoques tradicionales que incluyen cirugía, quimioterapia y radioterapia.
Una vacuna personalizada para cada paciente y su tumor
el estudio Se trata, pues, de un ensayo clínico de fase I realizado en 18 pacientes diagnosticadas de cáncer de mama triple negativo no metastásico (es decir, que no se ha propagado a otros órganos). Cada paciente recibió atención estándar y 3 dosis de la vacuna en investigación personalizada, diseñada para atacar mutaciones clave en su tumor específico y entrenar células inmunes para reconocer y atacar cualquier célula que porte esas mutaciones. El análisis encuentra que:
- después del tratamiento, 14 de 18 pacientes desarrollaron respuestas inmunitarias a la vacuna;
-
a los 3 años, 16 de los 18 pacientes todavía no presentaban recurrencia del cáncer;
- Si el ensayo hubiera sido diseñado para evaluar la seguridad de la vacuna y sin un grupo de control para la evaluación relativa de la eficacia, sólo en el grupo de “atención estándar” sólo la mitad de los pacientes estaban libres de cáncer a los 3 años.
El autor principal, el Dr. William E. Gillanders, profesor emérito de cirugía y oncólogo de WashU Medicine, resume:
“Estos resultados son mejores de lo que esperábamos. Si a nivel metodológico la comparación no es perfecta y el análisis tiene sus límites, esta estrategia vacunal parece muy prometedora y merece otros ensayos controlados aleatorios.
¿Cómo “funciona”? Serían elegibles las pacientes con cáncer de mama triple negativo que todavía tengan evidencia de tumor remanente después de una ronda inicial de quimioterapia. Estos pacientes tienen un alto riesgo de recurrencia del cáncer incluso después de la extirpación quirúrgica del tumor restante. Después de la extirpación quirúrgica, el tejido tumoral se compara con el tejido sano del paciente para identificar mutaciones genéticas únicas en las células cancerosas. Estas mutaciones en las células cancerosas modifican las proteínas únicamente en el tumor, lo que permite entrenar al sistema inmunológico con una vacuna específica o personalizada para atacar las proteínas alteradas, preservando los tejidos sanos. Los investigadores desarrollaron un software que permite seleccionar proteínas alteradas (llamadas neoantígenos) producidas por los tumores de los pacientes y identificadas como las que tienen más probabilidades de desencadenar una fuerte respuesta inmune.
La vacuna así obtenida, para cada paciente, incluye una media de 11 neoantígenos (de 4 a 20 precisamente según el tumor).
“Esperamos promover el uso de este software para el diseño de vacunas personalizadas contra el cáncer. Estos son algoritmos complejos, pero en general el software toma una lista de mutaciones y las interpreta en el contexto de su potencial para ser buenos candidatos a neoantígenos”.
Se han realizado varios ensayos sobre esta forma de vacunas, que también pueden administrarse en combinación con inmunoterapias con inhibidores de puntos de control que mejoran la acción de las células T.
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