Sirope de arce para mejorar la salud animal

Sirope de arce para mejorar la salud animal
Sirope de arce para mejorar la salud animal
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Aproximadamente el 2% de los aproximadamente 200 millones de libras de jarabe de arce producidos cada año en Quebec sufren de un defecto de sabor que lo destina a ser utilizado como ingrediente en productos procesados ​​en lugar de consumirse solo. Un equipo de la Universidad Laval y de la Universidad de Sherbrooke propone utilizar parte de este jarabe para producir un probiótico que podría sustituir a los antibióticos en la cría de animales. Acaban de presentar, en la revista científica Fermentaciónevidencia que demuestra que su idea se sostiene.

“El jarabe de arce producido al final de la temporada tiene la mayor cantidad de defectos de sabor, incluido el sabor a cogollo y el almíbar fibroso. Por otro lado, también es el más rico en nutrientes y moléculas antioxidantes”, subraya una de las firmantes del estudio, Marie Filteau, profesora del Departamento de Ciencias de la Alimentación e investigadora del Instituto sobre nutrición y alimentos funcionales de Universidad Laval.

Para determinar el potencial de procesamiento del jarabe de arce en la producción de probióticos, los investigadores lo utilizaron como ingrediente en un medio de cultivo en el que inocularon Bacilo velezensis, una bacteria conocida por su producción de moléculas antimicrobianas contra patógenos vegetales. “La idea era crear un complemento alimenticio que contuviera esta bacteria para enriquecer la microbiota intestinal de los animales de granja, mejorar su resistencia a las enfermedades y así reducir el uso de antibióticos”, explica el profesor Filteau.

Las pruebas de cultivo fueron concluyentes ya que los investigadores lograron alcanzar concentraciones de 6 mil millones de bacterias por mililitro. El líquido resultante se mezcló con permeado de suero y se transformó en polvo mediante atomización. “Este es el complemento que podría añadirse a la alimentación animal”, explica el profesor Filteau.

Para determinar si estas bacterias pueden viajar de forma segura a los intestinos de los animales, los investigadores sometieron este probiótico a transitar a través de un sistema digestivo in vitro. ¿Resultado? Alrededor del 16% de las bacterias sobreviven al proceso de digestión. “Considerando la abundancia inicial, llegamos a concentraciones de mil millones de bacterias por gramo. Esto es más de lo recomendado para producir efectos probióticos en animales”, subraya el investigador.

A la luz de estos resultados, los investigadores realizaron pruebas en lechones. “Los resultados aún no se han publicado, pero podemos decir que son muy alentadores. Además, un estudio técnico-económico debería arrojar luz sobre la viabilidad económica de utilizar jarabe de arce transformado para la producción de un suplemento probiótico destinado a la alimentación animal”, concluye el profesor Filteau.

Esta investigación surge del trabajo doctoral de Gautier Decabooter. Los firmantes del estudio publicado en la revista Fermentación son Gautier Decabooter, Marie Filteau e Ismail Fliss, de la Universidad Laval, y Mariem Theiri y Denis Groleau, de la Universidad de Sherbrooke.

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