Con la llegada del otoño, muchas personas sienten una bajada de ánimo. La reducción de la luz y los días más cortos alteran nuestro reloj biológico y afectan nuestro estado de ánimo. Sarah de Jong, psicóloga en Bruselas, señala que la caída de la serotonina, también llamada “hormona de la felicidad”, podría ser una de las principales causas de la famosa “tristeza otoñal”.
Para contrarrestar este fenómeno, muchas veces recomendamos implementar rutinas sencillas: cocinar recetas reconfortantes, participar en talleres creativos o incluso aprovechar la luz natural durante los paseos. Pero un estudio escocés reciente sugiere un remedio aún más eficaz: ¡andar en bicicleta todos los días!
El ciclismo, un aliado de la salud mental
Investigadores de la Universidad de Edimburgo analizaron los hábitos de vida de 380.000 personas en Escocia y demostraron que los ciclistas diarios tenían un 15% menos de probabilidades de que se les recetaran medicamentos para los trastornos depresivos o de ansiedad en comparación con aquellos que utilizaban otros medios de transporte. Este resultado se puede explicar por el efecto combinado del ejercicio físico sobre el cuerpo y la mente: el esfuerzo que produce la bicicleta aumenta los niveles de serotonina y favorece el bienestar, al tiempo que ayuda a combatir la ansiedad.
Ciclismo, mucho más que un antidepresivo
Además de sus efectos beneficiosos sobre la salud mental, la bicicleta reduciría el riesgo de enfermedades crónicas. Según un estudio del British Medical Journal, las personas que van en bicicleta al trabajo tienen un 45% menos de riesgo de desarrollar cáncer y un 46% menos de riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. De hecho, esta actividad estimula el sistema cardiovascular, mejora la circulación sanguínea y contribuye a la fortaleza de los huesos, siendo al mismo tiempo completamente ecológica.
¡Ya no tienes excusa para subirte a la bici los próximos días y recargar pilas antes de que llegue el invierno!
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