Sólo tiene unas pocas semanas pero ya tiene una vida ocupada a sus espaldas. La pequeña Polly Deehy, una recién nacida de Bexley, no lejos de Londres, vivió el mes pasado un episodio especialmente delicado.
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A principios del pasado mes de abril, la pequeña presentaba signos de mala salud al toser constantemente. Tuvo que ser llevada al hospital el 10 de abril cuando empezó a tener verdaderas dificultades para respirar.
Allí, los médicos le diagnosticaron tos ferina. Luego tuvieron que conectarla a un ventilador y ponerla en coma inducido durante 10 días. “Fue una auténtica pesadilla”, confiesa Kerry Pearson, su madre, que se culpa por no haber sido vacunada contra la enfermedad durante el embarazo.
“Si hubiera recibido la vacuna durante el embarazo, habría transmitido los anticuerpos presentes en la leche materna. La vacuna debe ofrecerse sistemáticamente durante cada embarazo”, afirma.
Ashley, de Ohey, tiene 3 años y sufre una rara enfermedad: “Mi único sueño es poder calmarlo”, dice su madre, que se enfrenta a enormes costes de cuidados.
Afortunadamente, la pequeña salió del coma y ya se encuentra fuera de peligro, informa The Mirror.
“Los vi sacar los tubos y apagar todas las máquinas mientras ella se recuperaba, fue lo mejor que me pasó. Las probabilidades no estaban a su favor pero tuvo mucha, mucha suerte. Nos sentimos muy afortunados de que sea una pequeña tan luchadora”, concluyó su madre.
¡Lo entendemos tan bien!
