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¡Desde mediados de abril es posible cosechar ruibarbo hasta septiembre! Aunque la planta se ha aclimatado muy bien en Francia, la verdura (¡sí!) sigue siendo relativamente poco apreciada. Sin duda, esto se debe a su sabor bastante picante. Sin embargo, el ruibarbo encaja maravillosamente en preparaciones dulces. Sería una pena privarse de ella, la planta tiene muchos beneficios para la salud.
Bien preparado, el ruibarbo es delicioso. Y mucho mejor, porque sería muy hidratante: 100 g de ruibarbo contienen 92 g de agua, ¡perfecta para calmar la sed! A modo de comparación, el pepino tiene 96 g de agua, el calabacín 94 g, al igual que el tomate.
El ruibarbo también es muy bajo en calorías cuando se come crudo. ¡Hay menos de 2 gramos de carbohidratos por cada 100 g de ruibarbo! Eso sí, una vez cocidos, generalmente con azúcar, este índice aumenta.
La planta también sería perfecta para cuidar nuestros huesos y dientes. De hecho, es una excelente fuente de calcio. Además, algunos de sus compuestos serían eficaces para inhibir determinadas bacterias responsables de las afecciones periodontales.
En primer lugar, es importante preparar adecuadamente el ruibarbo. Para ello, es recomendable enjuagar los tallos con agua para eliminar todos los residuos de tierra. Sécalos y luego corta los extremos para quitar las hojas. Estos no se pueden consumir, incluso son tóxicos. Luego, es posible pelar los tallos para que el ruibarbo sea menos fibroso. Puedes proceder con un pelador tirando de las fibras hacia abajo. De esta forma, te deshaces de todos los filamentos desagradables de la boca.
Luego, hay que escurrirla, para evitar que el agua se derrame en la preparación de cocción. Para ello, coloque las rodajas de ruibarbo en una ensaladera con azúcar glass. Deje reposar el ruibarbo y escurra antes de cocinarlo. Si tienes prisa, dora el ruibarbo con el azúcar en una sartén, pon a fuego lento unos minutos y escurre antes de utilizarlo en tu preparación.
Después, sólo te queda elegir la receta que quieras: crumble, tarta geométrica, merengue de ruibarbo, compota… ¡Tienes donde elegir!
