Beneficios: La naturaleza como remedio

Beneficios: La naturaleza como remedio
Beneficios: La naturaleza como remedio
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Mejor humor, sueño más fácil: una simple salida al parque puede tener un efecto instantáneo en nuestro cuerpo. Kelly, una montrealense de 40 años, experimentó esto. Tras un periodo de inactividad debido a la pandemia, este autoproclamado no deportista empezó a salir a caminar diariamente… ¡hasta el punto de recorrer 220 km al mes! Hoy camina una media de tres veces por semana, durante 45 minutos, por el canal de Lachine. Los efectos de este reciente hábito son palpables: “¡Cuando vuelvo de mi paseo, incluso la forma en que me percibo a mí mismo es diferente! Todos experimentamos altibajos a diario, pero durante el año pasado, mis mínimos nunca habían sido tan bajos. Aunque no tengo problemas de salud mental, me siento mucho más estable”.

Si l’activité physique peut sembler être un élément déterminant dans ce changement, le facteur clé ici, c’est l’extérieur, comme le pressent Kelly: «Je ne pense pas que ça aurait la même efficacité si je marchais sur un tapis roulant en mi casa. ¡Es el exterior lo que me hace tanto bien!

De hecho, la vitamina D que produce nuestro cuerpo tras la exposición al sol nos ayuda a conciliar el sueño más rápidamente, mejora la calidad de nuestro sueño e incluso ayuda a reducir los síntomas de depresión, incluida la fatiga y los trastornos del sueño. La luz natural también fortalece nuestro sistema inmunológico, además de aumentar nuestros niveles de serotonina: después de pasar un rato al aire libre, nos sentimos más tranquilos, más serenos, más concentrados y más creativos. Y si tenemos la suerte de tener acceso a un lugar con estímulos reducidos, nuestra salud mental y emocional también mejora. Tantos beneficios que sólo podemos disfrutar mientras descansamos cuando practicamos el arte de disfrutar de la naturaleza.

Para obtener los máximos beneficios, un estudio publicado en 2019 en la revista Informes Científicos y realizado con alrededor de 20.000 ingleses informó que se debe pasar al menos dos horas a la semana al aire libre, ya sea que estas horas se repartan en varios días o en un solo bloque.

Por supuesto, no todo el mundo puede disfrutar libremente de la naturaleza: muchos factores –en particular geográficos, pero también socioeconómicos– pueden impedir que las personas tengan un acceso regular a ella. La buena noticia es que no necesitamos aislarnos en lo más profundo del campo para sentir los beneficios del aire libre: en este sentido, un patio en las afueras o el parque de nuestro barrio son una muy buena opción. Por lo tanto, optamos por el lugar más verde, tranquilo y menos contaminado que tengamos a nuestro alcance.

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