La disfunción inmune desaparece con el tiempo.

La disfunción inmune desaparece con el tiempo.
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Los marcadores de disfunción inmune presentes en personas con Covid prolongado tienden a desaparecer dos años después de la primera contaminación, según una nueva encuesta.

Los datos utilizados para esta investigación provienen del estudio ADAPT lanzado en 2020 para seguir a los pacientes infectados con Covid-19 durante la primera ola en Australia. Los participantes fueron evaluados a intervalos regulares con análisis de sangre, exámenes de salud mental y pruebas de función pulmonar/cerebral.

“Casi un año y medio después del estudio de 2022, nos complace observar que, en este mismo grupo, se observaron mejoras significativas en los marcadores sanguíneos para la mayoría de las muestras que analizamos en el laboratorio, biomarcadores que previamente indicaban una función inmune anormal. ha desaparecido,” explica el médico y director del estudio, Chansavath Phetsouphanh, en un comunicado de prensa.

Long Covid: la calidad de vida mejora después de dos años

Cuando se les preguntó cómo se sentían, el 62% de los pacientes incluidos en la cohorte australiana dijeron que su calidad de vida había mejorado. Si bien esta es una noticia alentadora para ellos, los investigadores ahora se preguntan por qué algunos participantes del ensayo siguen sin ver mejorar su condición.

“Todavía hay alrededor de un tercio de los participantes que identifican un impacto permanente del Covid-19 en su calidad de vida”lamenta la profesora Gail Matthews, coautora de la investigación. “Esto probablemente se explica por el hecho de que sus síntomas de Covid prolongado no se deben todos a anomalías inmunológicas”. analiza el especialista.

Long Covid y sistema inmunológico: ¿qué biomarcadores se tienen en cuenta?

Los biomarcadores incluidos en el análisis cubrieron muchos aspectos de la función inmune. Se analizaron, por ejemplo, marcadores de activación de linfocitos T cooperadores y agentes citotóxicos, así como de la proteína interferón-γ.

“Es importante destacar que continuaremos nuestra investigación para comprender mejor por qué algunas personas no mejoran y qué podemos hacer por ellas”. concluye el profesor Anthony Kelleher, director del Instituto Kirby de Sydney.

El estudio citado en este artículo está publicado en Nature Communications.

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