Vigilancia: Vuelven con fuerza

Vigilancia: Vuelven con fuerza
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Con la primavera llega la época maldita por la aparición de las garrapatas que atacan a nuestras mascotas. Y lo que nos desanima cuando tenemos que librar a nuestro gato o perro de estos parásitos.

¿Qué son las garrapatas?

Las garrapatas son pequeños parásitos que se alimentan de la sangre de animales, incluidos mamíferos, aves y, a veces, incluso reptiles y anfibios. Están presentes en muchos entornos como bosques, prados, parques y jardines.

Las garrapatas pasan por varias etapas de desarrollo: huevo, larva, ninfa y adulto. Necesitan alimentarse de sangre en cada etapa, para pasar a la siguiente. Estos parásitos externos se adhieren a la piel de su huésped para alimentarse de su sangre.

¿Cómo se ve una garrapata en un gato?

Una garrapata puede variar en apariencia según su etapa de desarrollo. Cuando están en sus primeras etapas, pueden ser muy pequeños y parecer pequeños puntos negros o marrones en la piel del gato. Después de ingerir sangre, se vuelven más grandes (¡hasta 1 cm!) y tienen una forma ovalada o redondeada cuando se adhieren a la piel del gato.

Su color suele ser oscuro o marrón. Sin embargo, pueden parecer más claros si aún no han comenzado a alimentarse. Las garrapatas a menudo se adhieren a áreas donde la piel del gato es delgada, como alrededor de las orejas, el cuello, las patas y debajo de la cola.

¿Qué peligros representan las garrapatas para un gato?

Las garrapatas pueden causar varios problemas en los gatos.

En primer lugar, transmisión de enfermedades. Cuando se alimentan de sangre de gatos, las garrapatas pueden transmitir una variedad de enfermedades graves, incluida la bartonelosis (o anemia infecciosa felina). Esta enfermedad puede provocar fiebre, anemia y trastornos de la coagulación.

Pero también problemas de la piel. Algunos gatos pueden desarrollar reacciones alérgicas a las picaduras de garrapatas, lo que provoca picazón intensa, irritación de la piel y, a veces, infecciones cutáneas secundarias.

y anemia. Esto se debe a que las garrapatas se alimentan de la sangre de su huésped, lo que puede provocar una pérdida de sangre en gatos muy infestados. Si la situación no se trata rápidamente, puede provocar anemia.

Además, cuando los gatos contraen garrapatas, pueden contaminar su entorno e infestar a los humanos cercanos.

Las garrapatas también son peligrosas para nosotros porque pueden transmitir diferentes enfermedades. Por ello es fundamental proteger adecuadamente a nuestras mascotas con antiparasitarios adecuados.

Cómo quitarle una garrapata a tu gato de forma segura

Necesita un eliminador de garrapatas diseñado específicamente para eliminar garrapatas. Puedes comprarlo en el veterinario o en una tienda de mascotas.

Proteja sus manos con guantes de látex o nitrilo para evitar el contacto directo con la garrapata. Vierta alcohol en un recipiente para matar la garrapata después de quitarla.

Aplique un ungüento antibiótico triple con un hisopo de algodón, para no tocar los ungüentos con los dedos.

Retire la garrapata correctamente. Coloque el removedor de garrapatas alrededor de la garrapata, lo más cerca posible de la piel del gato.

Gire suavemente el eliminador de garrapatas en sentido antihorario. La garrapata debe desprenderse por sí sola y quedar atrapada en el eliminador de garrapatas.

Evite tirar de la garrapata, ya que esto podría romperla. Brindar cuidados después de la eliminación de las garrapatas desinfectando la herida con un producto desinfectante y cicatrizante.

Utilice un ungüento de hidrocortisona apto para gatos para calmar la irritación.

Recuerda consultar a tu veterinario si tienes dudas o si tu gato está demasiado agitado al quitar la garrapata.

¿Amas a tu mascota? Cuídalo y no tomes a la ligera la presencia de garrapatas en su pelaje. Y sobre todo comprobar cada día que Félix no sea portador de estos parásitos.

Nelly Desplanches

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