Con una última “fiesta” con sonidos electro en el Stade de France, París clausura definitivamente el domingo sus primeros Juegos Paralímpicos, esperando que dejen un legado en cuanto a la forma de ver y considerar la discapacidad.
No menos de 24 DJs de todas las generaciones, desde Jean-Michel Jarre a Kavinsky, encarnando el “French Touch” – estandarte del electro francés reconocido internacionalmente y exportado en masa – vendrán a ofrecer una última noche en el Stade de France, donde se esperan alrededor de 60.000 espectadores a partir de las 20h30 y donde desfilarán por última vez unos 4.400 para-atletas.
El pebetero de las Tullerías se apagará y entonces «será una fiesta», prometió el director artístico Thomas Jolly.
El estadio Seine-Saint-Denis se transformará en una pista de baile gigante para una hora de entretenimiento musical, en torno al tema “París es una fiesta”.
La antorcha pasará a Los Ángeles, que albergará los próximos Juegos Olímpicos y Paralímpicos en 2028.
A medida que se acerca el final del capítulo de París-2024, Francia sigue en carrera para lograr su objetivo deportivo, el Top 8 en el medallero, antes de los eventos finales del domingo.
Como era de esperar, el paraciclismo y la paranatación fueron, con diferencia, las disciplinas que más medallas aportaron a los azules, con, entre otros, las victorias de Marie Patouillet, Alexandre Léauté, Mathieu Bosredon, Florian Jouanny, Ugo Didier y Emeline Pierre.
El sábado por la noche, el equipo francés de fútbol para ciegos entró en la historia paralímpica al ganar el oro por primera vez el sábado por la noche contra Argentina.
– China, muy por delante –
Al igual que en Tokio, China terminará en lo más alto del medallero, muy por delante de Gran Bretaña y Estados Unidos.
Y estos Juegos de París habrán puesto de relieve a varios grandes campeones, entre ellos el chino Yuyan Jiang y el bielorruso Ihar Boki en paranatación, los dos atletas más exitosos en París con siete medallas de oro para uno y cinco para el otro.
El entusiasmo por estos Juegos Paralímpicos, los primeros en suelo francés, estuvo presente en general, a pesar de que el inicio del año escolar se produjo entre las dos semanas de competición. Se vendieron o asignaron alrededor de 2,4 millones de entradas en vísperas de la ceremonia de clausura, de las 2,5 millones puestas a la venta el pasado otoño. Como recordatorio, el récord sigue siendo el de los Juegos de Londres, con 2,7 millones de entradas vendidas.
Los recintos olímpicos más populares, como el Grand Palais y Les Invalides, volvieron a ser bien recibidos y los para-atletas animaron con frecuencia el ambiente en el lugar.
“El público estuvo genial, me apoyó, me hizo bien y me motivó”, dijo la francesa Julie Rigault-Chupin, quien fue eliminada en los cuartos de final de la categoría Open de arco compuesto en para tiro con arco.
– “Conciencia” –
En cuanto a la cobertura mediática, 165 canales de televisión siguieron el evento, un récord. También lo fue el número de delegaciones participantes, 168.
Queda por ver si las vacaciones de verano dejarán un legado sólido en términos de tener en cuenta los derechos de las personas con discapacidad, ya sea en la accesibilidad, el acceso al empleo o el deporte.
“No hemos cambiado radicalmente la sociedad, todavía queda mucho trabajo por hacer”, declaró antes del inicio de los Juegos Michael Jeremiasz, campeón de tenis en silla de ruedas y jefe de misión de la delegación francesa. “Pero si no hubiéramos tenido los Juegos, no habríamos ganado todo este tiempo, nunca ha habido tanta inversión, tanta concienciación”.
“Mi (trabajo) se intensifica el 9 de septiembre, estaré allí para asegurarme de que esto sea solo el comienzo de una explosión de esta conciencia”, prometió.
A finales de agosto, la presidenta de la región Île-de-France, Valérie Pécresse, propuso un proyecto de “metro para todos”, mientras que la antiquísima red parisina es ampliamente criticada por su falta de accesibilidad.
Un proyecto vasto y costoso, cuya viabilidad aún está por discutir.
lve-pbo/nip
