“La habitación de al lado”, la película que le valió a Pedro Almodóvar el León de Oro el sábado, es su primer largometraje en inglés, una historia crepuscular de suicidio asistido protagonizada por las estrellas estadounidenses Tilda Swinton y Julianne Moore.
La película, que aún no tiene fecha de estreno en Francia, narra los últimos días de Martha (Tilda Swinton), una ex reportera de guerra acostumbrada a desafiar a la muerte, que vive sola en su hermoso apartamento de Nueva York.
En algunos flashbacks, recorre su vida: su hija, a la que nunca educó por su trabajo y con la que nunca habló de su padre biológico, sus compañeros, con los que nunca se encariñó. Una mujer fuerte, libre, pero solitaria.
Cuando conoce a su amiga de la infancia Ingrid (Julianne Moore), una novelista angustiada por el final de su vida, Martha se encuentra en la fase terminal de un cáncer. Rechazando la perspectiva de un nuevo tratamiento tan incierto como agotador, decide terminar con su vida tomando un medicamento comprado ilegalmente en Internet.
Le pide a Ingrid que la acompañe en sus últimos momentos, mudándose con ella a una suntuosa casa de alquiler en el campo, en “la habitación de al lado”.
La amiga nunca estará lejos, pero no tendrá que administrarle la píldora, que Martha tiene intención de tomar sola, una noche, tras la puerta cerrada. Le promete que nadie sabrá nunca nada de su relación. Pero Ingrid confiará en un hombre, interpretado por John Turturro, que fue su compañero de las dos.
Almodovariana hasta el demonio sobre el papel, la película se aleja sin embargo del ruido y la furia de las comedias kitsch y provocadoras de los primeros tiempos del enfant terrible del cine español, pero también se aleja de las cotas emocionales alcanzadas en “Todo sobre mi madre” o “Hable con ella”. Se aleja también de su vena autobiográfica más reciente (“Dolor y gloria”) para acercarse francamente al melodrama.
Almodóvar, cuyas obras están cada vez más atormentadas por el declive físico y el miedo a la muerte, también intenta en “La habitación de al lado” algunas evasiones políticas y sociales, trazando un paralelismo entre el final de la vida y la catástrofe climática. “La película trata de una mujer que se está muriendo en un mundo que también se está muriendo”, dijo en Venecia, y también hizo un alegato a favor del “derecho fundamental” a “decir adiós a este mundo de manera apropiada y digna”.
Filmar en Estados Unidos, en inglés, era un proyecto con el que el español llevaba mucho tiempo soñando. Tras varios intentos fallidos en Hollywood, optó por ambientar su película en la Costa Este, en el estado de Nueva York, la ciudad que le abrió las puertas de Estados Unidos cuando empezó en los años 80.
Almodóvar había estrenado en 2020 su primer mediometraje en inglés, “La voz humana”, basada en Jean Cocteau, también con Tilda Swinton. Tres años después, volvió a hacerlo en un formato aún más corto con “Strange Way of Life”, un western gay protagonizado por Ethan Hawke y Pedro Pascal.
Para “La habitación de al lado” volvió a confiar en el compositor Alberto Iglesias para la banda sonora y en la colaboración con grandes marcas para el vestuario de las actrices.
fbe/pel/hj
