Un muro humano
El viernes por la mañana, un equipo de la Oficina Superior de Investigación de la Corrupción (CIO), que centraliza la investigación de la “rebelión” de Yoon Suk-yeol, entró en la residencia presidencial para intentar arrestar al presidente depuesto, que previamente había ignorado tres citaciones para interrogatorio.
Al llegar en cinco coches, cuyo recorrido fue seguido en directo desde la madrugada por la televisión surcoreana, el equipo se encontró inicialmente bloqueado por una decena de vehículos que bloqueaban el camino de acceso. Finalmente logró ingresar a la propiedad “tomando un camino tortuoso en la ladera”, dijo un funcionario del COI durante una rueda de prensa.
Los cien policías y fiscales del CIO se encontraron entonces frente a “más de 200 personas que se tomaban de la mano para bloquear nuestro camino”, continuó, añadiendo que hubo “altercados físicos menores y mayores” entre los dos bandos. Después de unos cuarenta minutos de tenso enfrentamiento cara a cara con los guardaespaldas presidenciales, el COI decidió retirarse, temiendo por su seguridad. Según el canal qatarí Al-Jazeera, la ejecución del mandato se está volviendo “prácticamente imposible”, según la oficina anticorrupción.
Los investigadores tienen hasta el lunes para ejecutar la orden de arresto emitida por un tribunal de Seúl contra Yoon Suk-yeol, que expira después de siete días. En una carta dirigida a sus seguidores el miércoles, el líder depuesto prometió “luchar hasta el final”.
Casa Blanca y Casa Azul
Del lado estadounidense, la crisis es preocupante. Esta confusión política y judicial que vive Corea del Sur -aliado clave de Estados Unidos en Asia- “coincide con la transición a la Casa Blanca de un presidente estadounidense que desconfía de los acuerdos de defensa con sus aliados, incluido Seúl”, le recuerda. Correo de Washington. “Este prolongado vacío político” plantea serias preocupaciones sobre su impacto en la alianza de los dos estados. Una cooperación que desempeñó –y sigue desempeñando– un papel esencial en términos de seguridad para contener a Corea del Norte y limitar el ascenso de China. Lo mismo para el New York Times quien recordó que “el programa diplomático de Yoon Suk-yeol podría ser una de las principales víctimas de su caída”.
Y la alianza se deja ver en las banderas que exhibe la multitud, como indica el diario británico El guardián. El viernes por la mañana, partidarios conservadores del Partido del Poder Popular de Yoon se reunieron frente a la Casa Azul -la residencia presidencial, dado el color de sus tejados- y ondearon las dos banderas nacionales: la Aún así Corea del Sur junto a la bandera estadounidense. barras y estrellas. “Una combinación inesperada que refleja la adopción de la retórica de la derecha estadounidense, particularmente en torno a acusaciones de fraude electoral y valores religiosos”.
Según el medio de Singapur The Straits Times, el presidente interino de Corea del Sur, Choi Sang-mok, promete una cooperación continua y afirma “que la diplomacia de [m]Nuestro país sigue siendo inquebrantable a pesar de una crisis política sin precedentes en el país”.