El Papa Francisco pide conversaciones para poner fin a la guerra en Ucrania.
El Papa Francisco pidió en su mensaje de Navidad del miércoles negociaciones entre Ucrania y Rusia para poner fin a la guerra que comenzó hace dos años con la invasión masiva de Moscú que dejó decenas de miles de muertos.
Al pronunciar la bendición navideña “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo), la duodécima de su pontificado, el Papa Francisco mencionó directamente el conflicto ucraniano y pidió “la audacia necesaria para abrir la puerta a la negociación”. “Que se calle el sonido de las armas en una Ucrania devastada por la guerra”, dijo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro frente a miles de personas.
El Papa Francisco, de 88 años, fue criticado este año por las autoridades ucranianas después de decir que Kiev debería tener el coraje de izar la “bandera blanca” para negociar el fin de la guerra con Rusia. El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, que siempre había pedido la restauración de las fronteras de Ucrania antes de la guerra antes de cualquier negociación, se ha mostrado dispuesto a iniciar conversaciones desde la reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
A principios de diciembre, el presidente de Ucrania planteó la idea de un acuerdo diplomático que implicaría una “congelación” de las actuales líneas de batalla y el despliegue de tropas extranjeras en Ucrania. Rusia ha exigido que Ucrania abandone sus ambiciones de unirse a la alianza militar de la OTAN.
El Papa también pidió el fin de los conflictos políticos, sociales o militares, en particular en el Líbano, Malí, Mozambique, Haití, Venezuela y Nicaragua. También renovó su llamado a un alto el fuego en Gaza y la liberación de los últimos rehenes israelíes en poder de Hamás.
El martes por la noche, en Nochebuena, el Papa inauguró en Roma el Jubileo de 2025, que durará hasta el 6 de enero de 2026. Esta tradición se celebra cada 25 años y se esperan millones de peregrinos en la capital italiana durante este año considerado santo.
Este año jubilar, dijo el Papa el miércoles, debe ser una oportunidad para que “cada individuo, y todos los pueblos y naciones […] convertirnos en peregrinos de la esperanza, silenciar el ruido de las armas y superar las divisiones”.
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