En las obras de la historiadora del arte y artista visual cubana Martha Limia hay una ausencia de concesiones, una búsqueda de un mundo personal, de una armonía que parece nacer de los sentimientos. Movimientos, luces, formas sugeridas que encajan en sus creaciones, hasta el punto, en ocasiones, de acercarse a la abstracción. Sus esculturas con numerosos efectos abstractos en los que el apoyo casi exclusivo de sus emociones y la materia nunca impiden que su visión siga siendo la de un filósofo subyacente. El arte que este artista visionario nos brinda para ver y apreciar es parte integral de las prácticas contemporáneas abiertas a la experimentación de nuevas formas de concebir el Arte.
Necesitando sólo escapar, en soledad para encontrar la felicidad, Martha Limia se une a la idea rousseaunista en sus Paseos de una escultura a otra, como ventanas abiertas… Es sobre todo esta libertad de crear lo que ama y por la que se define. Una experiencia poco común pero significativa en la forma de vivir y pensar el arte, de esta inclasificable artista visual e historiadora del arte para quien la escultura es su verdadera compañera en un largo viaje que comenzó hace más de 30 años.
El frenesí técnico de Martha se explica por la profusión de materiales que generalmente no forman parte de los materiales tradicionales de la escultura como metales, piedras, incluso resinas, cartones o productos químicos creados en el laboratorio. Prefiere materiales que provengan de la naturaleza y que hayan sufrido mínimo o ningún proceso industrial, y que puedan ser fácilmente maleables con mis manos, como rafia, bambú, ratán, sisal, cuerdas, telas, etc.
Junto a este tipo de materiales, están las técnicas para trabajarlos, que no entran dentro del término artístico, sino las que hoy calificamos como artesanales, las que se utilizan en tejido, cestería, arquitectura ambiental, en definitiva, expresiones artísticas relacionadas. a culturas antiguas que todavía se utilizan hoy en día.
Desde la antropología hasta la etnología pasando por las culturas antiguas, esta artista e historiadora del arte extrae sus temas de la interacción del hombre con su entorno. Las grandes líneas de esta dialéctica de la atracción de la conciencia permiten conciliar la intención sobre uno mismo y el estatus conferido por los demás. Así, examinar las obras de Martha, desde este punto de vista, nos permite ver las condiciones de producción, difusión, recepción de las obras de arte abstracto en sus estados y ejercer allí una mente crítica. Se ha ocupado de presentarnos sus sueños, sus reflexiones, sus visiones, sus convicciones que nos sumergen directamente en el corazón de su suntuoso universo. “Me gusta trabajar con emociones, miedos, sueños, amores, reflejados en cuentos, fábulas, poesías, canciones, refranes, rituales, etc. Todas aquellas acciones humanas que muestran la fragilidad, la fuerza, la incertidumbre, el poder o control de la naturaleza, las victorias y fracasos del Hombre en sus aventuras en la tierra, y principalmente la imaginación que expresó el Hombre”, nos dice sobre este tema Martha Limia. .
El arte y la evasión se expresan como un universo escénico considerablemente trascendido por una narración pictórica explosiva, abstracta y lírica. A pesar de las vicisitudes de la vida, Marta siempre está en busca de la belleza y de un cierto sabor a felicidad. Esta constante investigación se amplifica gracias a la mezcla de técnicas y estilos. Sus obras aparecen ante nuestros ojos en diferentes formatos que forman un todo coherente y que definen claramente el carácter y estilo del artista. Esta búsqueda y recuperación de la felicidad de vivir y descubrir las cosas de la vida es la esencia del universo de nuestro artista visual cuando es posible descubrir el patrimonio artístico y cultural del mundo a través de sus múltiples riquezas humanas también.
“Al haber nacido en Cuba, mi primer acercamiento a este tipo de temas fueron las prácticas religiosas heredadas de África. Profundizando este interés me embarqué en el estudio del África negra y su diáspora. Hoy estoy en Marruecos donde la cultura amazigh ha sobrevivido durante siglos y siglos, lo que me ofrece la oportunidad de entrar en contacto con esta otra parte de África y sus misterios vivos.continúa.
En definitiva, las obras de Martha Limia te permiten dar rienda suelta a tus emociones, alejarte de la realidad para abrir todos los campos posibles de la creación, mezclando la materia con un fondo energético. El espíritu de cada una de sus obras al tener su libre albedrío se suma al del otro, y todos se enriquecen mutuamente, analizando sus sentimientos o el simple impulso de lucidez. Una verdadera inmersión en su propio mundo, hecho de imaginación y sueños donde todas las trascendencias espirituales son bienvenidas.
Ayoub Akil