Si el pasado sirve de guía para el futuro, habrá un aumento generalizado de los costes de construcción en 2025. Al menos eso es lo que predicen los actores de la industria, que temen que el sector se vea afectado por una “tormenta perfecta” en los próximos años. pocos meses.
“¿Se avecina una tormenta perfecta para la industria de la construcción en 2025? Tengo la impresión de que sí”, reflexiona el director general de la corporación de contratistas generales de Quebec, Éric Côté.
El precio de los proyectos en construcción sigue aumentando desde hace varios años, tendencia que se ha mantenido en los últimos meses.
No es necesario buscar muy lejos para encontrar ejemplos. Crear un carril reservado en la autopista 15 entre Boisbriand y Mirabel costará 100,4 millones de dólares más de lo esperado. Para un proyecto que iba a costar 191 millones de dólares, esto representa un aumento del 52%, y estamos hablando de sólo unos quince kilómetros.
Del mismo modo, vimos que el costo por unidad de vivienda construida como parte del programa de vivienda asequible del gobierno aumentó en más del 30%, de $344,899 a… ¡$453,996!
El aumento continuará
“A pesar de la reciente caída de los tipos de interés, otros factores nos hacen creer que la tendencia alcista continuará”, observa el portavoz de la Association de la Construction du Québec (ACQ).
El ACQ menciona que la amenaza estadounidense de imponer aranceles del 25% a los productos canadienses podría “tener un impacto importante en los costos de los materiales”.
“Y con la renovación de los convenios colectivos que expiran el 30 de abril, podemos esperar un aumento general de los costes de las obras”, añade Rhéaume.
¿Reducción del número de proyectos?
La corporación de contratistas generales hace la misma observación, pero añade que la posibilidad “muy real” de que el gobierno Legault reduzca el número de proyectos en un esfuerzo por ahorrar dinero crea incertidumbre en el sector.
“Los contratistas deben considerar estos tres factores al pronosticar los costos de sus proyectos. Si apuestan demasiado alto, corren el riesgo de no conseguir trabajo, y si apuestan demasiado bajo, obtendrán los contratos, pero corren el riesgo de perder la camiseta”, explica Éric Côté.
“Si los emprendedores tuvieran que lidiar solo con uno de estos tres elementos sería tal cual, pero los tres a la vez, digamos que no están acostumbrados a eso”, añade.