Muchos quebequenses descubren el entrismo islamista en varias escuelas y guarderías.
Probablemente esto sea sólo la punta del iceberg.
El fenómeno no es nuevo. Esta penetración y estas adquisiciones no ocurren de la noche a la mañana.
Es sólo que lo estamos aprendiendo ahora.
Estrategia
Muchos culpan a los directores de escuelas, a los sindicatos, al gobierno, etc.
Antes de culpar, creo que debemos entender cómo los islamistas tejen su red.
Francia tiene una larga experiencia con el problema. Vamos a ver.
Bernard Rougier es un eminente politólogo francés, profesor de la Sorbona.
En 2020 publicó un trabajo titulado Los territorios conquistados del islamismo.
Rougier envió equipos de jóvenes investigadores, muchos de los cuales hablan árabe, a barrios que habían quedado bajo control islamista.
Vivieron allí discretamente durante meses. Una auténtica obra de inmersión subterránea. En el libro lo cuentan.
Sí, existe un procedimiento operativo bastante estándar.
Por lo general, todo comienza desde una ubicación central, generalmente una mezquita, que a menudo se presenta como un centro comunitario o una organización benéfica.
Toman el control, sin ser necesariamente mayoría, siendo tan activos, tan entusiastas, que los musulmanes moderados se alejan o mantienen un perfil bajo.
Desde esta base de operaciones, pululan hacia lo que Rougier llama “lugares de sociabilidad”.
¿Qué es un lugar de sociabilidad? Escuelas, guarderías, clubes deportivos, organizaciones comunitarias, centros juveniles, librerías, bibliotecas, cafeterías, establecimientos de la red de salud, etc.
Allí despliegan una lógica militante. Marginan a los musulmanes moderados avergonzándolos y haciéndolos sentir culpables.
¿Cómo? Imponiendo normas de vestimenta y alimentación basadas en la dicotomía halal-haram.
Halal es lo que permite la ley islámica. Haram es lo que está prohibido.
Este clima también aleja rápidamente a los no musulmanes que tienen otras cosas que hacer además de soportarlos.
Su objetivo fundamental, explica Rougier, es homogeneizar el comportamiento: todos deben vestirse igual, comer igual, etc.
“La población de cultura musulmana”, afirma Rougier, “es extremadamente variada y heterogénea. El objetivo de los islamistas es convertirlo en un grupo homogéneo definido por su afiliación religiosa, para crear una comunidad musulmana.
“Cuando un individuo experimenta el espacio residencial, el espacio religioso, el espacio amigable, el espacio deportivo, el espacio de ocio, el espacio de café como lugares donde la norma circula de uno a otro, ya no puede escapar.
Armado
A partir de entonces, ya no los desafiaremos. Nos doblaremos. El territorio está conquistado. Allí hacen la ley. Luego pasan al siguiente.
La homogeneización conducirá a la trivialización.
La sociedad mayoritaria se irá acostumbrando poco a poco al velo islámico, a los menús halal en todas partes, a las oraciones públicas, etc.
Al mismo tiempo, sus aliados intelectuales socavarán el secularismo haciendo creer a la gente que es un arma que les apunta.
El próximo paso será presentar a toda la sociedad un hecho consumado para poder decir: ahora debemos modificar las leyes para reflejar la nueva realidad.