Luego de impulsar la nave, Super Heavy se desprende de ella y comienza su descenso. En octubre, en lugar de terminar su viaje en el mar, realizó una maniobra sin precedentes. Frenado con retrocohetes, regresó a su plataforma de lanzamiento y, justo antes de tocar el suelo, unos brazos mecánicos instalados en la torre de lanzamiento – apodados “varitas” – se cerraron a su alrededor y lo inmovilizaron. Pero esta vez, SpaceX anunció poco después del despegue que no cumplían los criterios para intentar esta operación, y Super Heavy se hundió en el Golfo de México, donde se desintegró. Por su parte, el Starship continuó su vuelo antes de aterrizar durante el día en el Océano Índico, permitiendo filmar por primera vez preciosas imágenes.
Darle una segunda vida a los cohetes
En última instancia, el cohete debe ser totalmente reutilizable y es por eso que SpaceX busca ponerse al día en su primera etapa. Esta estrategia pretende poder lanzar más máquinas con mayor rapidez y por mucho menos dinero que si fuera necesario utilizar equipos nuevos cada vez.
Durante la prueba de octubre, el cohete ganó un nuevo admirador: Donald Trump. En su discurso de victoria la noche de las elecciones presidenciales, describió cómo vio cómo atrapaban el cohete y se sintió como si estuviera “en una película”. “Llamé a Elón. Le dije: Elon, ¿eras tú? Me dijo que si. Dije: (…) ¿Rusia puede hacerlo? No. ¿Puede China hacerlo? No. ¿Puede Estados Unidos hacerlo además de usted? No”, exclamó el presidente electo. “Dije, por eso te amo, Elon, eso es increíble”.
El jefe de SpaceX gastó decenas de millones de dólares para apoyar la campaña del republicano y, a cambio, consiguió un puesto de asesor, ignorando posibles conflictos de intereses, ya que SpaceX tiene numerosos contratos en curso con el gobierno estadounidense.
Un plátano como única carga
La empresa está desarrollando intensamente el Starship, lanzando prototipos sin carga, para corregir rápidamente los problemas encontrados en situaciones de vuelo reales. SpaceX, sin embargo, reveló el martes que llevaba a bordo por primera vez una carga a bordo: un plátano. Varias de las primeras pruebas de Starship terminaron en explosiones, lo que generó quejas de grupos ambientalistas. De hecho, la base espacial de Texas se encuentra cerca de áreas protegidas.
En un vídeo publicado a finales de octubre por Elon Musk que lo muestra jugando un videojuego, un hombre que informa sobre la quinta prueba en el fondo relata cómo SpaceX estuvo a “un segundo” de ordenar que el cohete se estrellara junto a la torre de lanzamiento. Pero nada parece hacer tambalear la confianza del jefe. “Las primeras naves espaciales a Marte despegarán en dos años”, afirmó recientemente Elon Musk, conocido por sus predicciones muy optimistas. “Si estos aterrizajes van bien, los primeros vuelos tripulados a Marte se realizarán en cuatro años”. Un objetivo compartido por Donald Trump, que quiere que estas misiones se realicen antes de que finalice su mandato.