“Ucrania nunca se someterá a los ocupantes y los militares rusos serán castigados por haber violado el derecho internacional”, subrayó la diplomacia ucraniana en un comunicado, estimando que la seguridad no puede restablecerse “sin el restablecimiento de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”.
En su comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania señala también que Rusia, en casi tres años de guerra, ha profundizado una alianza militar con Corea del Norte e Irán, lo que supone una amenaza creciente para la seguridad y la estabilidad en todo el mundo.
“La creciente interacción de estos tres regímenes demuestra que la agresión rusa contra Ucrania es una amenaza global que desestabiliza a Europa, el Sudeste Asiático y Medio Oriente. Requiere una respuesta global”, dijo.
“Necesitamos la paz a través de la fuerza y no a través del apaciguamiento”, insiste el ministerio, refiriéndose a la “política de apaciguamiento”, término que se refiere a los intentos británicos de evitar la guerra con la Alemania nazi haciendo concesiones, en última instancia en vano, a Adolf Hitler.
Ucrania lleva varios meses retirándose en múltiples sectores del frente frente a un ejército ruso mejor armado y más numeroso, y sus pérdidas territoriales se han acelerado desde principios de otoño.
Al mismo tiempo, el regreso a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump, en enero de 2025, hace temer en Ucrania que busque obligarla a aceptar concesiones territoriales, ofreciendo una victoria militar, política y diplomática a Rusia, alimentando las ambiciones geopolíticas de Vladimir Putin.